Una de las partes sufridoras de todos los que entrenamos en el gimnasio son las muñecas, y es que casi siempre solemos hacer que gran parte de la carga recaiga sobre ellas sin preverlo o protegerlas para que no sufran. Ante todo debemos evitar que estas reciban parte de la tensión de los ejercidos, pero hay veces en las que es imposible evitarlo, por ello queremos repasar algunos puntos a tener en cuenta para evitar causarlas daño.
En primer lugar hay que hacer un repaso de los ejercicios en los que las muñecas pueden verse implicadas y en qué grado lo hacen, ya que esta será la base para evitar problemas mayores derivados de una mala ejecución de las rutinas. Una vez que lo tengamos esto en cuenta es necesario que tomemos medidas para protegerlas en estos ejercidos, una suele ser evitar cargar tanta tensión en ellas si podemos, si no se puede evitar lo que haremos será calentar de manera adecuada para que los huesos que conforman las muñecas estén preparados para el ejercicio y la tensión que se acumulará en esta zona.
Muchos de nosotros solemos utilizar muñequeras a la hora de entrenar, algo que a simple vista parece una ayuda, pero que a la larga no lo es, pues hace que la parte de las muñecas se debilite, pues la presión de la muñequera evita que los músculos de esta zona trabajen y se fortalezcan, haciendo que se debiliten y sea necesario el uso constante de estas para poder realizar el ejercicio sin lastimarnos. Para evitar tener que utilizar muñequeras lo que debemos hacer es fortalecer la zona mediante ejercicios de antebrazo y de manos a través de los que conseguiremos unas muñecas fuertes y preparadas para afrontar cualquier rutina compleja. Junto a esto hay que destacar que muchas veces las muñequeras se aprietan tan fuerte que nos cortan la circulación y nos impiden conseguir un buen riego en los músculos, llegando a quitarnos fuerza a la hora de efectuar el ejercicio.
Evitar cargar el empuje del ejercicio sobre ellas es esencial, por ello debemos aprender a agarrar los diferentes aparatos del gimnasio. Intentar concentrar la tensión en la parte del antebrazo y el codo en vez de la muñeca es esencial si lo que queremos es evitar que éstas se vean afectadas. Debemos intentar decantarnos por los agarres más cómodos para nosotros, por suerte existen infinidad de agarres ergonómicos que nos facilitan el ejercicio y son más cómodos a la hora de llevarlo a cabo, evitando así la posibilidad de forzar las muñecas y poder lastimarlas.
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