Es de esperar que la primera vez que subimos a una cinta de correr, nos sujetemos de los agarres laterales con nuestras manos para no perder el equilibrio y ganar en seguridad, pero conforme pasa el tiempo y cogemos práctica sobre la máquina cardiovascular, sujetarse con las manos no es buena idea.
Por eso, si ya hace un tiempo que utilizas la máquina, anímate a despegar las manos de la cinta de correr, así, tu postura podrá ser más erguida y no se verá afectada por tus manos pegadas a los agarres. Incluso, al no estar inmóviles los brazos, ellos se activarán y se incrementará el gasto calórico en la caminadora, así como también, trabajaremos más la zona media del cuerpo.
Si los agarres son muy bajos y cuando te sujetas la espalda se ve obligada a inclinarse hacia adelante, puedes acabar con dolor en la zona lumbar, además puedes sentir tensión en el cuello y otras partes del cuerpo si tu postura no es la adecuada, por eso, poco a poco anímate a despegar las manos de la cinta de correr para que la columna pueda estar erguida y el movimiento de los brazos favorezca el trabajo cardiovascular, así como el gasto energético.
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Imagen | Markomni
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