Una técnica utilizada por muchas personas para entrenar e incidir de mayor manera sobre los músculos es usar la táctica del pre-agotamiento muscular concentrado por zonas. Esta técnica consiste en entrenar en primer lugar con ejercicios que requieren movimientos más complejos y elaborados para luego seguir por los que respetan más el movimiento natural del cuerpo. Esta manera de trabajar nuestro cuerpo puede ser muy arriesgada, ya que el daño que podemos hacernos es alto.
Siempre a la hora de entrenar es cierto que debemos seguir un orden en la ejecución de los ejercicios, pero éste debe ser coherente con el funcionamiento del organismo y de las diferentes partes que lo componen. Al margen de modas y tendencias deportivas, cuando acudimos a entrenar el cuerpo necesita unos minutos de aclimatación. Para conseguir esto calentamos, pero a la hora de trabajar con peso tendones y articulaciones deben adaptarse, y por ello es necesario trabajar de acuerdo con su movimiento natural.
Comenzar con ejercicios que respeten el recorrido de las articulaciones y los tendones y evitar giros bruscos es una forma de eliminar muchas posibilidades de padecer lesiones a corto plazo. Por norma general cuando entrenamos una parte determinada del cuerpo, ésta se encuentra fría, a pesar de que previamente la hemos calentado, no está preparada ni aclimatada a la carga que vamos a utilizar. Por este motivo si nada más comenzar, a la dificultad de la carga le añadimos la del recorrido, corremos el riesgo de hacernos daño.
Es necesario que tengamos esto muy en cuenta, y para ello es esencial que apliquemos a las rutinas de entrenamiento un orden, de modo que los ejercicios que conllevan movimientos más elaborados o giros en los que intervienen varios músculos a la vez se realicen más avanzada la sesión de entrenamiento, a medida que los tendones y las articulaciones entren en calor. Para ello es muy recomendable comenzar con ejercicios sencillos en cuanto a movimiento que son los que respetan mucho más el movimiento natural de nuestro cuerpo.
Organizar la rutina de entrenamiento de esta manera nos ayudará no solo a no fatigarnos antes, sino a calentar de una manera progresiva y respetuosa con el organismo, dejando de lado entrenamientos forzados que a la larga lo único que harán será minar nuestros músculos pudiendo causarnos graves daños en zonas delicadas como el hombro, las caderas o las rodillas entre otras.
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