Cuando escuchamos la palabra entrenar automáticamente la asociamos con el ejercicio y la actividad física. Pero a la hora de trabajar nuestro cuerpo no solamente es bastante con el entrenamiento entendido como tal, sino que existe otro tipo de trabajo corporal, se trata del entrenamiento pasivo, el que no se ve pero que el cuerpo nota.
Es cierto que para conseguir un buen desarrollo muscular es necesario estimular a nuestros músculos a través del ejercicio físico, pero existe otro tipo de entrenamiento que es el que realizamos en el día a día y que nada tiene que ver con el gimnasio, sino más bien con nuestros hábitos. Se trata de lo que muchos llaman entrenamiento pasivo, que es más importante que el entrenamiento puro y duro, ya que de ello depende nuestro rendimiento y el desarrollo muscular.
El entrenamiento mediante el ejercicio físico es la base para incentivar el crecimiento muscular. Sin un entrenamiento nuestros músculos no aumentarán su volumen. Pero no todo es el ejercicio a la hora de crecer, existen otra serie de variables, que si no son tan activas, tienen la misma importancia. Una de las principales es la alimentación. De nada nos sirve entrenar si no damos a los músculos el combustible que necesitan para funcionar y crecer.
Los hidratos de carbono y las proteínas son los principales nutrientes que nos servirán para dotan a los músculos por un lado de la energía que necesitan para hacer frente al ejercicio, y por el otro lado las proteínas nos aportarán el alimento que los músculos necesitan para crecer y recuperarse. Es fundamental que mantengamos un correcto orden en lo que a las comidas se refiere es necesario ingerir alimento para que los músculos se recuperen lo antes posible.
Cuando entrenamos generamos una serie de tensiones en las diferentes partes de nuestro cuerpo. Para evitar esto es importante que estiremos después de los entrenamientos, Pero existe una forma mucho más efectiva de calmar a nuestros músculos y dotarles de elasticidad ayudando a mejorar la circulación de estos. Se trata de los masajes, una buena forma de entrenamiento pasivo, ya que ayudan a nuestros músculos a aliviar las tensiones generadas con los entrenamientos, devolviéndoles su elasticidad, haciéndolos más flexibles para poder afrontar mejor los entrenamientos y evitar posibles lesiones.
Junto a esto es importante el descanso físico. Los músculos, como cualquier otra parte del cuerpo, se fatigan con el continuo ejercicio, por eso es necesario su descanso, ya que esta es la mejor manera de conseguir un óptimo crecimiento. Descansar después de los entrenamientos es la mejor forma de recuperarnos y conseguir mejores resultados. El descanso es igual de importante que el ejercicio, por ello debemos tener en cuanta que dormir ocho horas nos ayudará a aumentar de volumen sin problemas.
Imagen | thiquinho
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