La piscina, uno de los símbolos indiscutibles del verano, y es que en ella es donde pasamos muchas horas cuando estamos de vacaciones. Normalmente la piscina se utiliza para nadar y ejercitar todas las partes del cuerpo, pues es uno de los ejercicios más completos que existe, pero no solo podemos hacer natación en ella, sino que está en nuestra mano utilizarla para ejercitar algunos músculos como los abdominales y así disfrutar de la piscina, refrescarnos y tonificar esta parte del cuerpo.
Para ejercitar los abdominales dentro del agua os vamos a enseñar a realizar un ejercicio sencillo para el que simplemente necesitaremos nuestro propio cuerpo y una piscina que no cubra demasiado, pues es importante que podamos hacer pie para realizar este ejercicio. Es cierto que al principio nos costará bastante, aunque simplemente debemos tener una noción clara, saber flotar y contraer el abdomen. El resto lo podemos hacer con la ayuda de un canuto de espuma que nos ayudará a mantener la postura.
La forma de realizar este ejercicio no tiene ningún misterio, solamente implica que tengamos un gran control sobre nuestro cuerpo, y que sobre todo nos concentremos en la pared abdominal, que debe permanecer contraída a lo largo de todo el ejercicio. En primer lugar nos colocaremos de pié en la piscina preparados para comenzar a flotar con las manos, pero a la hora de elevar las piernas y colocarnos horizontales en el agua debemos incluir una variación, y es que no subiremos todo el cuerpo, sino sólo las piernas, formando una especie de uve con el cuerpo, mediante la cual el trasero se quedará dentro del agua y tanto la cabeza como las puntas de los pies fuera del agua.
En esta posición nos mantendremos durante unos segundos. La manera de conseguir aguantar es contrayendo el abdomen y centrando la fuerza en él, mientras movemos las manos para mantenernos a flote. Seguro que al principio nos cuesta bastante mantener la postura, algo que nos apartará en la mayoría de los casos de concentrarnos en el trabajo abdominal. Por ello os recomendamos el uso de un canuto de espuma que colocaremos debajo de las axilas para ayudarnos a flotar y no hundirnos hasta que adquiramos la fuerza necesaria para hacerlo sin él. El tiempo en el que aguantemos esta postura debe oscilar entre los quince o veinte segundos, algo que iremos aumentando con el paso del tiempo.
Imagen | analab01
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