Una costumbre del ser humano es poner etiquetas a todo para tenerlo todo bien ordenado. Sin embargo, en muchas ocasiones hay muchas etiquetas para una misma cosa o persona, o lo que es lo mismo, no es fácil etiquetarla. Eso es lo que ocurre cuando intentamos poner el yoga en el saco del cardio o en el saco del trabajo de fuerza. ¿El yoga 'cuenta' como entrenamiento de fuerza? ¿Cardio? ¿Ambos?
Cuando entreno yoga, ¿estoy haciendo fuerza o resistencia?
El yoga es una disciplina muy amplia que abarca el trabajo físico y mental. Cada uno de los tipos de yoga da una proporción mayor al ámbito físico o al mental, por lo que en algunos casos fatigaremos más la mente y en otras más el cuerpo.
Sin entrar en modalidades como el Kundalini que es principalmente mental, el yoga físico busca realizar posturas (asanas) manteniendo el control de la respiración. Cuando salimos de este tipo de clases comerciales en las que se practica Hatha yoga notamos que hemos sudado y que nuestros músculos se han fatigado.
¿Si nuestros músculos están fatigados hemos entrenado fuerza? ¿Si hemos sudado y elevado pulsaciones hemos entrenado resistencia? La respuesta a ambas preguntas es sí, por lo que hemos estimulado el sistema cardiovascular y los músculos.
La fuerza no es más que contraer la musculatura frente a una carga
La fuerza abarca levantar 300 kilos en sentadilla con barra y tirar de esa puerta que cuesta abrir cuando vamos a la tienda de la esquina. Sin entrar en una definición pura de la fuerza, en lo que nos compete la fuerza es la capacidad de contraer la musculatura frente a una resistencia.
En las sesiones de yoga no levantamos unas mancuernas ni hacemos uso de máquinas del gimnasio, pero ¿qué hacen tus músculos cuando aguantas la postura del guerrero o haces el perro boca abajo? Tu musculatura no se mueve, pero está haciendo fuerza para mantenerte en equilibrio y sostener tu peso corporal.
Este tipo de entrenamiento te hará más fuerte en estas posturas, por lo que mejorarás la fuerza específica en el yoga. Lo que no conseguiremos con el yoga serán adaptaciones propias de un entrenamiento más puro de fuerza, como el aumento significativo de masa muscular o fuerza general.
Sin embargo, si la duda es si el yoga cuenta como entrenamiento de fuerza, la realidad es que sí, si nuestro objetivo es mejorar la fuerza aplicada al yoga, y que no si lo que queremos es mover más kilos en press de banca.
La resistencia no es más que aplicar fuerza de manera repetida
Cuando corremos se elevan nuestras pulsaciones porque estamos contrayendo de manera repetida muchos grupos musculares frente a una carga, en este caso nuestro peso corporal. Cuando vamos en bicicleta aumentamos la frecuencia cardiaca porque contraemos nuestras músculos del tren inferior para transferir potencia al pedal y que gire la rueda de la bicicleta.
Cuanto más rápido o más intenso se produzcan esas contracciones musculares, más se elevará la frecuencia cardiaca. Por lo tanto, el trabajo aeróbico se basa en trabajar con unas determinadas pulsaciones por minuto, pero esas pulsaciones son activadas por la fuerza que aplicamos al correr, nadar o cualquier ejercicio.
Hemos visto anteriormente que el yoga consiste en adoptar posturas durante determinado tiempo, por lo que nuestros músculos se contraen para ello. Como están contraídos, nuestras pulsaciones se elevan, aunque de manera muy lejana a lo que conseguimos con una subida a un puerto en ciclismo.
Si hacemos una secuencia encadenada de yoga notaremos que arrancamos a sudar y que nuestras pulsaciones se han disparado. ¿Se puede considerar eso como cardio? La respuesta es que sí porque hemos elevado las pulsaciones, pero a su vez es que no porque si queremos mejorar la capacidad cardiovascular hay mejores alternativas.
Mensaje para llevar a la siguiente clase de yoga
Si tuviese que etiquetar al yoga como disciplina para trabajar la fuerza o la resistencia, me quedaría con la fuerza, aunque sería una fuerza específica del yoga. Si lo que buscas es mejorar tu musculatura y fuerza, es preferible que realices entrenamiento más específico para ello.
A nivel cardiovascular está claro que correr durante 40 minutos será mucho más desafiante que una sesión de 40 minutos de yoga. Además, el yoga tiene la respiración como elemento clave, por lo que no interesa disparar las pulsaciones y alterar ese control respiratorio.
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Imágenes | Kaylee Garrett (Unsplash), Jose Vazquez (Unsplash)
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