Verano y piscina van dados de la mano. Este lugar es uno donde pasamos gran parte del tiempo libre que tenemos en esta época del año. La piscina además de darnos una tregua frente a las altas temperaturas lo que hace es ofrecernos muy buenos momentos de ocio y de diversión, pero no solo sirve con esto, ya que la piscina puede resultar un lugar muy peligroso si no ponemos las medidas preventivas para evitar accidentes. Por este motivo queremos hacer un repaso por las más destacadas a la hora de asistir a la piscina.
Un descuido en la piscina puede traer consigo muchas consecuencias posteriores, y es que no debemos acudir a ellas con miedo, pero sí con precaución, ya que por las piscinas pasan a lo largo del día cientos de personas, a no ser que sea de nuestra propiedad. A pesar de todo en estos casos también debemos seguir una serie de precauciones. A continuación vamos a compartir las más comunes y que, aunque parezca mentira, muchas veces pasamos por alto.
La Higiene
En primer lugar vamos a recalcar un aspecto que no podemos olvidar, la higiene. Mantener unos correctos hábitos de higiene es fundamental si no queremos contraer alguna infección como los hongos que tan habituales son en estos meses del año. Tanto si estamos en una piscina pública como privada, debemos cuidar mucho este aspecto. Para ello lo que haremos será utilizar siempre calzado para desplazarnos por vestuarios e instalaciones de la piscina.
Ducharnos antes y después de sumergirnos en el agua es esencial para mantener mucha más higiene. La ducha lo que hará será eliminar el exceso de grasa de la piel, los pelos muertos y nos dejará listos para sumergirnos en un agua que compartiremos con otras personas. Al salir es aconsejable darnos de nuevo una ducha para eliminar el cloro de la piel, que lo que hace es resecarla e irritarla, además de acabar con cualquier impureza que hayamos podido contraer en el agua.
Juegos acuáticos
Los juegos en la piscina pueden ser otro problema a la hora de mantener una cierta seguridad en el baño. Muchas son las personas que utilizan el agua para la realización de actividades varias como saltar, tirarse de cabeza, empapar de agua a otras personas... Estas prácticas pueden ser muy peligrosas si no las realizamos con cabeza. Por ejemplo, los saltos a la piscina desde el exterior solamente deben realizarse en piscinas con cierta profundidad, ya que podemos golpearnos y crearnos una lesión que puede ir desde una rotura de piernas hasta afectar la columna vertebral y generarnos una lesión crónica e irreversible.
Los chapuzones y los juegos con otras personas dentro del agua pueden ocasionar un exceso de agua alrededor de la piscina, lo que es un potencial peligro para las personas que pasen por el borde, ya que pueden resbalar y golpearse al caer. Lo mismo sucede con los juegos que realizamos a otras personas de manera imprevista, lo que se conoce como ahogadillas, esta práctica puede ser muy peligrosa pues podemos dejar sin respiración a la persona afectada, llegando a producirle el mareo y aumentando el riesgo de ahogo.
Cambios bruscos de temperatura
A la hora de sumergirnos por primera vez en el agua debemos tener cuidado con el cambio brusco de temperatura, ya que el agua suele estar unos grados más fría que el ambiente. Estos cambios de temperatura pueden afectarnos y producirnos mareos debido a que la sangre se desplaza a las capas más externas de la piel para regular la temperatura. Para evitar esto es necesario que nos sumerjamos poco a poco en el agua, de modo que el cuerpo se acostumbre a la temperatura de este medio.
Es necesario que sigamos estos consejos si lo que queremos es pasar un verano tranquilo sin ningún contratiempo ni ningún susto. Sencillamente se trata de seguir unas normas que si las asimilamos y hacemos nuestras no nos costará trabajo llevarlas a cabo.
Imagen | Jon Newman
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