El verano es una de nuestras épocas favoritas, pero también es una de las épocas en las que más cuidado debemos tener con nuestra salud. El calor excesivo, los días en piscinas y playas o el ejercicio bajo el sol pueden llegar a provocar problemas serios como golpes de calor, deshidratación, quemaduras, oídos taponados o el síndrome por hidrocución (popularmente conocido como "corte de digestión").
Especialmente sensibles a este problema son tanto los niños como, concretamente, los adultos mayores. Por ello, aunque todos debemos tomar precauciones especiales, hay algunos cuidados en los que tenemos que estar más atentos cuando tratamos con adultos mayores.
Cuidados especiales en personas mayores
Beber mucha agua
Beber la cantidad de agua que necesitemos es básico para mantener nuestra hidratación, controlar nuestra temperatura basal, eliminar deshechos y transportar nutrientes. Los adultos sanos tenemos señales de sed a las que debemos hacer caso para saber cuándo y cuánto beber. Sin embargo, los adultos mayores no suelen tener esas señales de sed y no piden ni consumen agua, por ello debemos asegurarnos de que beban lo necesario para poder mantener la hidratación.
Evitar las horas de mayor calor
Las horas centrales del día son las más peligrosas para salir a la calle con las personas mayores ya que el riesgo de sufrir una insolación o un golpe de calor es mayor en esas horas. Por ello, entre las 12h y las 17h aproximadamente es mejor mantenerlos dentro de casa o a la sombra. Si vamos a salir a la calle con ellos debemos cubrir su cabeza con pañuelos, gorro o sombreros.
Utilizar ropa ligera
A la hora de elegir la ropa con la que se van a vestir las personas mayores deben escoger prendas ligeras, preferiblemente de lino o algodón, para que puedan transpirar de manera adecuada y asegurarnos de que no pasan demasiado calor. Además, si eligen o elegimos camisas de botones para ellos, debemos tener cuidado con no abrochar los botones más cercanos al cuello.
Consumir más fruta y verduras
El consumo de frutas y verduras es extremadamente importante durante todo el año, pero especialmente durante el verano. Estas frutas y verduras les aportan parte del agua que necesitan para mantenerse hidratados. Además de esto, les ayudan a tener unas digestiones más ligeras. Por ello, también hay que evitar las comidas que puedan provocar digestiones pesadas y subir el calor, como los guisos, sopas y caldos.
Evitar el consumo de café y de alcohol
Tanto el café como el alcohol pueden favorecer la deshidratación lo que resulta especialmente peligroso en verano. Por ello, debemos tener cuidado con el consumo de estas bebidas en nuestros adultos mayores.
Asegurarnos el uso de protección solar
La piel de los mayores es más sensible y débil que la nuestra por ello debemos asegurarnos de que utilizan protección solar adecuada al salir a la calle, especialmente en manos y cara, ya que son las partes del cuerpo que más expuestas se ven a los efectos de la luz solar.
Mantener la casa fresca
Asegurarnos de que la casa esté fresca es necesario para el bienestar de nuestros mayores. Para ello, durante las horas de más calor se pueden mantener las ventanas abiertas y las persianas bajadas para ventilar la casa sin que entre el calor de la luz solar. Al tener varias ventanas abiertas se puede crear corriente.
Cuando empiece a anochecer se pueden abrir las persianas dejando entrar el frescor. De esta manera nos aseguramos de que la casa esté fresca y los mayores puedan estar cómodos.
Controlar la tensión arterial
El calor puede afectar a la tensión arterial de nuestros mayores. Por ello, debemos vigilarla de manera regular, de manera que estemos seguros de que todo está correcto y no hay motivos de preocupación.
Si encontramos que nuestros mayores no se encuentran bien, lo mejor que podemos hacer es acudir al médico y que este profesional nos asesore sobre lo que debemos hacer y los cuidados que debemos ofrecer a nuestros adultos mayores.
Imágenes |Unsplash
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