Estirar es una de las cosas que siempre debemos tener en cuenta a la hora de acudir al gimnasio, y es que ya hemos comentado en infinidad de ocasiones que nos ayudará a conseguir una mejor calidad muscular y una buena salud de las fibras que comprenden los músculos de nuestro cuerpo. Por este motivo que sea tan importante destinar algunos minutos de nuestro entrenamiento a la realización de estiramientos, aunque en este caso vamos a determinar diferentes momentos en los que se pueden hacer para tener uno u otro efecto.
Cuando estamos entrenando muchas veces nos pasa que no sabemos a ciencia cierta cuando debemos y de qué manera estirar. En esta ocasión nos queremos detener en este aspecto, ya que son muchos los defensores de estirar antes de entrenar, otros que piensan que es mejor hacerlo mientras estamos entrenando y otros que después. Es cierto que todo estiramiento es bueno, pero con este post queremos dejar más claro los mejores momentos para realizar estiramientos.
Antes de empezar el ejercicio
En primer lugar nos vamos a detener en los estiramientos que se realizan antes de empezar los entrenamientos. Estos estiramientos entrarán a formar parte de la fase que se conoce como calentamiento, y es que por norma general se realizarán en esta fase del entrenamiento, pues servirán para preparar a nuestros músculos para el trabajo posterior que vamos a llevar a cabo. Precisamente por esto, los estiramientos que realicemos antes de entrenar serán suaves y controlados, mucho menos intensos que el resto.
La finalidad de estirar antes de empezar a realizar la rutina de entrenamiento será la de activar la circulación para preparar músculos y articulaciones para el posterior ejercicio que vamos a llevar a cabo. Por este motivo la intensidad y el tiempo dedicado a estos estiramientos debe ser mucho más pequeño que en los estiramientos que vendrán después. Estos estiramientos serán muy útiles para acondicionar nuestro cuerpo.
En la mitad dela rutina
Por otro lado los estiramientos a mitad de la rutina de entrenamiento son otros que no todo el mundo lleva a la práctica. Es cierto que se puede estirar entre ejercicio y ejercicio para aliviar tensiones, pero no es la mejor manera de hacerlo, ya que estirar entre ejercicios evita la acumulación de sangre en los músculos implicados. Esto hará que el desarrollo del ejercicio no sea el mismo que si no estiramos. Eso sí, servirá para aliviar tensiones y evitar sobrecargas. Aunque la mejor manera de evitar esto es controlando las cargas y la ejecución de los ejercicios.
Al final de los entrenamientos
Los estiramientos al final de los entrenamientos es uno de los momentos más clásicos a la hora de entrenar. Es cierto que además es necesario e imprescindible, por lo que siempre debemos dejar unos minutos al final para estirar correctamente la parte trabajada. Los estiramientos de después del entrenamiento serán mucho más lentos e intensos, ya que con ellos lo que queremos es aliviar todas las tensiones y devolver a los músculos y articulaciones su estados normal, evitando malestar que puede derivar en una lesión.
Estos estiramientos al finalizar el entrenamiento lo que harán será activar al máximo la circulación sanguínea, además de soltar las fibras musculares y devolverles la flexibilidad que piden con la tensión del ejercicio. De este modo lo que conseguiremos al estirar después de entrenar es comenzar cuanto antes la recuperación muscular para así poder rendir más al usar nuevamente esos músculos trabajados durante la sesión de entrenamiento. Eliminar esta tensión nos ayudará también a conseguir mejores resultados y ser mucho más eficientes en los posteriores entrenamientos.
Imagen | Oneris Rico
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