La calidad de nuestra dieta pueden incidir considerablemente sobre la salud física, mental y emocional. Es así que, un reciente estudio señala que una dieta que favorece la inflamación en el organismo se asocia a mayor riesgo demencia.
Dieta proinflamatoria y más demencia
Junto al paso de los años se incrementan factores proinflamatorios en el organismo, y ellos se asocian a un declive cognitivo o a mayor incidencia de demencia.
La dieta puede ser determinante de este proceso, alternando tanto su velocidad con su expresión. Así, un estudio recientemente publicado en la revista Neurology incluyó a más de 1050 individuos de una edad promedio de 73 años para evaluar la relación entre su dieta y el riesgo de demencia.
Mediante cuestionarios de frecuencia de alimentos se estimó el índice inflamatorio de la dieta (DII) y se siguió a los participantes durante poco más de 3 años para evaluar la incidencia de demencia incidente.
Los resultados señalan que por cada unidad adicional de índice inflamatorio de la dieta se ocasiona un aumento de 21% en el riesgo de sufrir demencia. En comparación con los participantes ubicados en el tercio más bajo de índice inflamatorio de la dieta los participantes en el más alto tuvieron tres veces más probabilidades de desarrollar demencia incidente.
En conclusión, una dieta que favorece la inflamación se asocia a mayor probabilidades de sufrir demencia. Por lo tanto, cuidar la calidad de lo que comemos evitando ante todo ingredientes como las carnes rojas, harinas refinadas, azúcares y sobre todo ultraprocesados que son los que mayor proporción de nutrientes que favorecen la inflamación poseen.
Por el contrario, una dieta antiinflamatoria rica en antioxidantes, en fibra, así como también en omega 3, vitaminas y minerales puede ayudarnos a alejarnos de enfermedades diversas y proteger la salud mediante lo que comemos.
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