Los refrescos son una de las bebidas estrella del verano. Casi todos nosotros cuando acudimos a una terraza o estamos en la playa disfrutamos de una bebida refrescante que nos ayuda a calmar el calor y saciar la sed. Los refrescos en su gran mayoría suelen tener altas cantidades de azúcar que tiene una serie de efectos en el organismo. Casi nunca reparamos en ello, ya que al ser una bebida no le damos la misma importancia que a los alimentos. Por ello en esta ocasión vamos a reparar en los inconvenientes de abusar de los refrescos.
El consumo de refrescos está muy extendido, y no es solo una cosa de niños como muchos pueden llegar a pensar, sino que la mayoría de nosotros echa mano de vez en cuando de refrescos para paliar la sed. En su gran mayoría los refrescos suelen ser azucarados, aunque es cierto que en el mercado podemos encontrar otras alternativas como refrescos sin azúcares que llevan una mezcla de edulcorantes para darnos sensación de dulzor. Por ello en este post queremos ver los efectos que pueden tener ambos tipos de refresco.
Refrescos azucarados
En primer lugar nos vamos a detener en los refrescos azucarados. Este tipo de bebidas incorporan en su fórmula jarabes de glucosa e infinidad de azúcares refinados que el organismo asimila muy rápidamente. Esta asimilación lo que hace es disparar los niveles de glucosa por las nubes durante un corto periodo de tiempo, ya que el organismo, al no utilizar esa glucosa lo que hace es almacenarla en forma de grasa. Por ello el abuso de este tipo de bebidas hará que incrementemos los niveles de grasa del organismo.
A esto hay que sumarle la dependencia que los azúcares que contienen causan en nuestro organismo. Al ingerir azúcares refinados se desata en nuestro organismo una secreción de la hormona conocida como dopamina cerebral, que genera en nosotros una sensación placentera. Esto es lo que hace que el organismo se habitúe a esa sustancia que ocasiona ese estado de ánimo, y por lo tanto podemos llegar a desarrollar una dependencia y necesidad de ese tipo de nutriente.
Pero no solo los efectos de este tipo de refrescos suelen estos, sino que además un abuso de los mismos puede llegar a afectar la salud del páncreas. Según un estudio publicado en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, el abuso o la ingesta constante de refrescos azucarados puede aumentar enormemente las posibilidades de padecer cáncer de páncreas debido a que al aumentar la glucosa los niveles de insulina también lo hacen, haciendo trabajar al páncreas más de lo normal, y por lo tanto poniendo en riesgo las células que lo conforman.
Refrescos edulcorados
En el caso de los refrescos sin azúcar debemos destacar algunos puntos a tener en cuenta. Ante todo es importante que sepamos que para dar a nuestro paladar la sensación de dulzor lo que se les añade son edulcorantes, es decir, sustancias químicas aptas para el consumo humano, pero que tampoco es recomendable su abuso. En un principio este tipo de sustancias se creó para los diabéticos, pero en la actualidad casi todos los productos dietéticos los contienen. Es cierto que hay diferentes tipos, pero al no ser una sustancia natural puede tener un efecto acumulativo en el organismo y generar problemas a la larga.
Pero la cosa no solo queda ahí, los refrescos con edulcorantes suelen contener una fuente de fenilalanina, una sustancia que en abuso puede acabar generando en nosotros un efecto laxante, haciendo que eliminemos muchas más heces de las habituales, pudiendo correr riesgo de perder demasiados minerales y sustancias necesarias para el correcto funcionamiento del organismo, ya que aceleramos la actividad intestinal y la asimilación de los nutrientes se hace de manera incompleta.
Por eso es recomendable para refrescarnos echar mano de otras bebidas mucho más beneficiosas y recomendables. El agua es la estrella de todas las bebidas, ya que es la que realmente nos quita la sed sin poner en peligro nuestra salud.
Imagen | juantiagues
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