Como cada verano, se repite la escena del cartel o socorrista de piscina prohibiendo tirarse de cabeza a la piscina y los veraneantes ignorando las advertencias y saltando de cualquier manera. Creo que es bueno tener presente que las zambullidas en la piscina originan lesiones graves, y es necesario ser conscientes del riesgo y de las consecuencias.
Y remarco que “originan” y no “que pueden originar” porque son datos comprobados que, año tras año, aumenta el número de lesionados de gravedad por culpa de saltos en playas, acantilados y piscinas. Sin ir más lejos ya van tres ingresados en el Hospital de Parapléjicos de Toledo con lesión medular después de haber sufrido accidentes al lanzarse de cabeza a la piscina.
La lesión habitual que se sufre por este tipo de accidentes es una tetraplejía, es decir, pérdida de movildad en todo el cuerpo, desde cuello hacia abajo. Para concienciar del riesgo, se está utilizando un cartel de aviso de la campaña “piénsatelo, no vayas de cabeza“.
El objetivo de la campaña es informar de las lesiones sufridas, de que son relativamente frecuentes y muy graves, y fomentar el uso del sentido común, con recomendaciones tan coherentes como:
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Comprobar que la profundidad es adecuada. Inspeccionar la zona antes de lanzarse.
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No lanzarse si hay agua turbia o no se puede visualizar que el fondo esté libre de obstáculos.
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Comprobar la profundidad, aunque sea una zona conocida, puesto que ha podido variar el nivel del agua.
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Utilizar una buena técnica, manteniendo los brazos como prolongación del cuerpo.
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No saltar desde altura elevada si no se está entrenado para ello, ya que el propio golpe con el agua es causante de lesión grave.
En definitiva, no se trata de meter miedo, sino simplemente informar sobre una trágica realidad que se produce verano tras verano y que es evitable, simplemente, utilizando la cabeza para algo más que para golpear con ella el agua (o una roca).
Imagen | gr33ndata
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