Hace unos meses ya hablábamos sobre por qué los episodios de estrés y de ansiedad pueden colaborar a la hora de que ganemos peso: entre las diferentes razones podíamos encontrar la alteración de nuestros hábitos de vida y también la de diferentes hormonas como la leptina, encargada de regular nuestro apetito.
El último estudio publicado hoy mismo en la revista Cell Metabolism y llevado a cabo por expertos de la Universidad de Stanford hace alusión a un tema que no se había estudiado hasta ahora y que puede ser uno de los causantes de la ganancia de peso durante los episodios de estrés crónico: el ritmo de los glucocorticoides, que explica por qué el estrés nos hace engordar más si este ocurre de noche.
Los glucocorticoides y su relación con la obesidad
Empecemos por el principio: ¿qué son los glucocorticoides? Se trata de las hormonas catabólicas que toman parte en el metabolismo de los hidratos de carbono y en menor medida también participan en el metabolismo intermedio de las proteínas y las grasas, estimulando la glucogénesis (el proceso por el que conseguimos energía de los carbohidratos) y la glucogenólisis (el proceso de degradación de glucógeno a glucosa con un precursor que no sea un carbohidrato).
La más importante y conocida por nosotros es el cortisol, pero también son glucocorticoides la cortisona y la corticosterona. Los medicamentos glucocorticoides suelen usarse para el tratamiento de distintas enfermedades, como por ejemplo el asma o la artristis reumatoide.
Los glucocorticoides tienen su propio ciclo circadiano de 24 horas: desestabilizarlos con episodios de estrés nocturnos puede llevarnos a ganar peso
El ciclo o ritmo de los glucocorticoides está influido por su propio ciclo circadiano de 24 horas de duración: las personas sanas experimentamos un pico de estas hormonas sobre las ocho de la mañana que nos ayuda a ponernos en marcha y hace que sintamos hambre; mientras que después su cantidad va bajando llegando a su punto más bajo sobre las tres de la mañana.
Como vemos, la subida de glucocorticoides también se relaciona con un mayor apetito y esta subida está regulada por los propios ciclos circadianos de los glucocorticoides. Ahora bien, ¿qué es lo que puede influir a la hora de desestabilizar estos ciclos circadianos? Los episodios de estrés crónico, sobre todo si estos se producen por la noche.
Lo que el estudio nos dice sobre el estrés y la ganancia de peso
Desde hace tiempo sabemos que los niveles altos de glucocorticoides favorecen la conversión de las células precursoras de grasa (aquellas que tienen el potencial de convertirse en células grasas pero todavía no lo son) en células grasas: estos altos niveles de glucocorticoides producidos por episodios de estrés crónico por la noche (cuando estas hormonas deberían encontrarse en su mínimo, y no en un pico alto) hacen que la conversión en células grasas sea mucho mayor que en personas con un ciclo circadiano de glucocorticoides normal.
Lo que nos viene a decir este nuevo estudio es que sí, el momento en el que sufrimos los episodios de estrés crónico puede estar relacionado con la ganancia de peso. La relación entre comida, estrés y glucocorticoides todavía es un campo a explorar, pero este puede ser un primer paso para continuar estudiando.
Imagen | Gabriel Matula en Unsplash
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