Junto a la manzana, sabemos que las frutas tienen múltiples beneficios para la salud por sus vitaminas, minerales, fibra, escaso contenido de azúcar, grasas y calorías.
En el caso del síndrome metabólico, del cual ya hemos hablado anteriormente, se deben tener en cuenta todas las enfermedades que éste conjuga para adecuar la alimentación a dicho síndrome.
Durante 5 años, un estudio analizó los hábitos alimentarios de los norteamericanos e intento conocer si se relacionaba el consumo de manzana y sus derivados (puré, jugo u otros) con los indicadores fisiológicos del síndrome metabólico.
Al finalizar la investigación, después de comparar los resultados hallados entre quienes consumían manzana y quienes no, se encontró que aquellos que incluían la fruta en su alimentación tenían un riesgo 27% menor de desarrollar síndrome metabólico que quienes no ingerían manzana bajo ninguna de sus formas.
Se observó una circunferencia de cintura inferior entre quienes consumen manzana de forma regular, lo cual se traduce en menor riesgo metabólico y enfermedades asociadas como diabetes, hipertensión y dislipemias.
Concretamente, se encontró entre los consumidores de manzana, un 33% menos de casos de hipertensión arterial y un 21% menos de probabilidades de tener una circunferencia de cintura que sobrepase los límites de normalidad e indique riesgo cardiovascular.
Además, es sabido que aquellos que incluyen frutas en su alimentación diaria logran un mejor estado de salud y una dieta más saludable, y los mismo se observó entre las personas que ingería manzana de forma regular.
Si recuerdan, hemos hablado que aquellos con cuerpo con forma de manzana, es decir con la mayor proporción de grasa concentrada en el abdomen, son los que mayor riesgo cardiovascular y metabólico tienen. De hecho, tener el vientre abultado y obesidad asociada es una de los indicadores de síndrome metabólico.
Al parecer, la manzana, un fruto tan versátil y sabroso, que se puede incluir en preparaciones saladas y agridulces, en conservas, en pasteles, en purés, en ensaladas, consumir fresca o asada al horno, previene este grupo de enfermedades que cada vez acecha más a la población.
Toda una paradoja: consumir manzana para evitar el cuerpo con forma de manzana, y con éste todas sus complicaciones asociadas.
Si no te apetece la manzana, pues cualquier otra fruta te dará similares beneficios, ya que sus fibras, azúcares reducidos y escasas calorías, junto a sus vitaminas y minerales, son los que ayudan a controlar los niveles de glucosa y colesterol en sangre, como así también, las cifras de presión arterial y el peso corporal.
Vía | Vitadelia En Vitónica | Una manzana al día mantiene al médico en la lejanía
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