Si quieres comer sano no sólo es importante cuidar la elección de alimentos sino la forma en que los manipulamos. Por eso, te mostramos nueve cosas que hacemos al conservar y cocinar los alimentos y podrían estar afectando su calidad nutricional y seguridad.
Conservar a temperatura ambiente sobras de comidas
Si de manera habitual conservas las sobras de alimentos en la nevera pero cuando en ésta no encuentras lugar las almacenas en el horno o en recipiente tapado, pero a temperatura ambiente, debes saber que las posibilidades de sufrir una enfermedad se incrementan.
La mayor parte de los agentes patógenos por debajo de los 5ºC no tienen actividad, en cambio a temperatura ambiente y muchas veces ante la presencia de oxígeno, su crecimiento es exponencial.
Así, con sobras de cereales como pastas y arroz sobre todo, se incrementan las posibilidades de que prolifere el Bacillus cereus y aunque las sobras se recalienten este no se elimina por completo, razón por la cual se puede generar una toxiinfección grave qué puede generar desde una gastroenteritis hasta la muerte.
La clave es no almacenar a temperatura ambiente ninguna preparación sino por el contrario, refrigerar sobras de comida lo antes posible.
Cocinar escasamente carnes o huevos, sin alcanzar una temperatura adecuada en su interior
Al cocinar carnes y huevos debemos tener especial cuidado con la temperatura en el interior de las piezas, ya que una cocción incorrecta o no haber alcanzado una temperatura de alrededor de 70ºC puede no garantizarnos la eliminación completa de agentes patógenos.
Así por ejemplo pueden proliferar microorganismos como la Salmonella qué ocasion una enfermedad transmitida por alimentos que cursa con gastroenteritis severa, fiebre e inflamación.
Asimismo, en las carnes no cocinadas adecuadamente pueden encontrarse bacterias como la Echerichia coli que causa el síndrome urémico hemolítico especialmente en menores de edad y afecta enormemente el funcionamiento de los riñones pudiendo también resultar fatal.
No lavar el arroz integral antes de consumirlo y cocinarlo al vapor
Aunque lo habitual es hervir el arroz sin más, debemos saber que ante un consumo elevado o ante algunos ejemplares importados y sobre todo integrales, lo más seguro es lavar y enjuagar este cereal para eliminar la mayor parte del arsénico que pudiera contener.
El arroz blanco concentra menores proporciones de arsénico que el arroz integral y por ello aconsejamos cada vez que usamos este último remojarlo y después cocinarlo o bien lavarlo y enjuagarlo bien. Asimismo, es recomendable cocinarlo en abundante agua punto de ebullición y colar después, ya que el arsénico queda en el agua de cocción mientras que sí lo cocinamos al vapor este componente no se remueve del alimento.
Hervir en abundante agua las verduras sin piel y en trozos pequeños
Al cocinar verduras debemos tener especial cuidado para no perder sus nutrientes y un error habitual es hervirlas en abundante agua previa retirada de su piel y habiéndolas cortado en pequeños trozos.
Las verduras en general pierden minerales y vitaminas hidrosolubles como vitamina C o vitaminas del grupo B en el agua de cocción, es por ello que siempre aconsejamos si vamos hervir vegetales hacerlo en poca agua en piezas grandes y con piel o en piezas enteras para reducir la pérdida de nutrientes.
Aunque de ser posible recomendamos la cocción al vapor que es la que mejor preserva características físicas y químicas de las verduras.
Lavar las piezas de pollo previo a su manipulación o cocción
Aunque puede parecernos que es más higiénico lavar las piezas de pollo previo a su cocción debemos saber que se trata de una práctica peligrosa la cocina.
Colocar bajo el grifo de agua las piezas de pollo no sólo no elimina bacterias que puede llegar a tener este alimento sino que puede incentivar su propagación por el resto de la cocina, e incluso por nuestras manos o ropa.
Por eso, nada mejor que una buena cocción para garantizar la eliminación de bacterias u otros agentes patógenos y no colocar bajo el agua, carnes, pollo o pescado que pueden tener microorganismos nocivos para la salud.
Lavar cada huevo después de comprarlos y antes de almacenarlos
Tal como sucede con el pollo puede parecernos que el lavar los huevos antes de meterlos a la nevera para su conservación es la mejor alternativa para eliminar bacterias o impurezas que pueden contaminar alimentos. Sin embargo, con el lavado eliminamos una capa protectora que se encuentra en la cáscara y que asegura la inocuidad del alimento en su interior.
Es decir, si buscamos un alimento inocuo y al cual no hayan alcanzado bacterias patógenas, lo mejor es no dañar esa barrera protectora y lavarlos sólo antes de usarlos y nunca antes de almacenarlos, ya que durante el tiempo de conservación puede penetrar microorganismos patógenos debido a que la cáscara se ha vuelto permeable.
Utilizar los mismos utensilios de cocina para alimentos crudos y cocidos
Al cocinar muchas veces por una cuestión de practicidad empleamos similares utensilios o superficies de corte para diferentes alimentos. Esta prácrtica puede ser la causa de una contaminación cruzada en la cocina, es decir, de contaminar con un alimento otro inocuo.
Emplear el cuchillo para seccionar carne o pollo y después utilizarlo para vegetales que vamos a consumir en crudo; o bien emplear la misma superficie de corte para alimentos crudos y cocidos es un grave error que debemos evitar.
Aconsejamos tener utensilios específicos para verduras y otros para carnes, pescados o mariscos, así como para alimentos crudos y otros para aquellos que solemos consumir en cocido.
De esta forma evitamos que las bacterias pasen de un alimento a otro, es decir, que los microorganismos que puede tener una hoja verde cruda pase a un pollo cocido o al revés, que de la carne cruda migren agentes patógenos a una hortaliza que consumiremos previo lavado y cortado, en una ensalada.
Descongelar alimentos o platos a temperatura ambiente
Si buscamos descongelar un alimento evitando la proliferación de microorganismos patógenos, nunca debemos hacerlo a temperatura ambiente, ya que el aumento gradual de la temperatura y la humedad del alimento que se descongela puede favorecer el crecimiento de bacterias.
Lo mejor es descongelar en la nevera durante 24 horas, en la parte menos fría de la misma, o bien, usar el grifo de agua fría o el microondas para tal fin.
Consumir pescado crudo sin previo congelado
El anisakis es un parásito que tiene gran presencia en los pescados de España y crece en el aparato digestivo de los animales, pudiendo migrar a la carne o el músculo del pescado fácilmente.
Para evitar la enfermedad que causa este parásito es aconsejable cocinar muy bien cada pieza de pescado eviscerado. Sin embargo, si deseamos consumirlo crudo o semicrudo, como parte de un marinado, un ceviche, sushi u otras preparaciones, lo recomendable es su congelado previo por 24 horas.
El congelamiento así como la cocción adecuada y la pronta evisceración del pescado son prácticas que ayudan a evitar la anisakiasis.
Estas son nueve prácticas que podrían estar afectando la seguridad y calidad nutricional de nuestros platos, por lo tanto, recomendamos identificarlas y evitarlas en nuestra cocina.
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