Durante los meses de verano y con la llegada del calor ya no apetece tanto hacer ejercicio en sitios cerrados. Por ello, comenzamos a buscar deportes que podamos hacer al aire libre. Para aquellos que nos gusta el mar, los deportes acuáticos empiezan a resultar de lo más irresistibles.
Entre estos deportes que podemos plantearnos llevar a cabo se encuentra el buceo. Debemos tener en cuenta que, como en cualquier deporte, especialmente si es la primera vez que lo practicamos, debemos tomar algunas precauciones para practicar buceo de forma segura.
Realizar un reconocimiento médico
Antes de iniciarnos en el buceo, tendremos que realizarnos una prueba médica conocida como reconocimiento hiperbárico. Estas pruebas médicas servirán para indicarnos si estamos en condiciones físicas para poder sumergirnos a varios metros de profundidad.
Estas pruebas analizarán nuestra capacidad pulmonar, un electrocardiograma y una timpanometría. Se trata de un reconocimiento que debe hacerse no solo la primera vez que realizamos buceo, sino que tiene que renovarse cada dos años.
Recordar no volar en las siguientes horas
En ocasiones decidimos iniciarnos en el buceo en unas vacaciones o, si ya lo hemos hecho más veces, podemos viajar a propósito para bucear en sitios concretos. Sin embargo, si esto supone que vamos a coger vuelos, debemos planificar bien nuestros días de buceo para que quede un margen seguro entre la última vez que hemos buceado y nuestro siguiente vuelo.
La recomendación habitual es que no se vuele en las siguientes 15 o 18 horas después de nuestra última inmersión. En ocasiones se recomienda que se dejen pasar 24 horas completas para asegurar.
No bucear nunca solos
Una de las pautas más básicas de seguridad que debemos seguir es no bucear nunca solos. De esta manera, si existe algún imprevisto siempre tendrás a alguien que pueda ayudarte y que lo que podría ser un susto quede en una anécdota. El buceo siempre acompañado.
Bucear solo si nos encontramos bien
Debemos pensar que vamos a pasar un buen rato a muchos metros de profundidad y que hacerlo encontrándonos mal puede ser un suplicio para nosotros y para nuestros compañeros.
Por ello, si por lo que sea ese día no te encuentras bien, sientes que no vas a estar del todo cómodo bajo el mar, etc., es mejor no bucear. Por supuesto, no se debe bucear en ningun caso bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Comprobar los equipos antes de hacer la inmersión
Para bucear no solo hace falta realizar un examen físico, sino que tenemos que realizar cursos que nos enseñan teoría y práctica. Por ello, nos enseñarán a comprobar que los equipos estén correctos y funcionan adecuadamente.
Antes de iniciar la inmersión es importante que nos aseguremos de comprobar bien el equipo de nuestro compañero y de que nuestro compañero compruebe de manera adecuada el nuestro. El trabajo en equipo en buceo es muy necesario.
Hay que tener en cuenta la temperatura del agua
El traje de buceo que usemos dependerá de la temperatura del agua. Por ello, antes de equiparnos es importante que nos informamos de la temperatura a la que está el agua. Es importante que adaptemos el traje que usamos a la temperatura de esta, de manera que nuestra inmersión sea lo más cómoda posible.
No contener la respiración
Una de nuestras tendencias al ascender, especialmente cuando somos principiantes, es la de contener la respiración. Sin embargo, no es buena idea que lo hagamos. Debemos tener en cuenta que ya llevamos una bombona de oxígeno y que podemos respirar con normalidad.
De esta manera nos ahorramos el riesgo de que la presión descienda y al no vaciar el aire de los pulmones podamos causarnos lesiones.
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