Las combinaciones de verduras y hortalizas de temporada con pescado al horno son siempre una buena opción para incluir en nuestros menús semanales. Fáciles de preparar y de variar según lo que nos ofrezca el mercado en cada época del año, hoy proponemos esta versión con la agradecida merluza, que por algo es uno de los pescados favoritos de los consumidores de todas las edades.
El plato mejorará enormemente según la calidad del pescado que logremos conseguir, ya dependiendo de nuestro presupuesto y disponibilidad. Pero unos sencillos filetes o lomos incluso de pescadilla quedarán bien ricos sin más complicaciones que la de preparar previamente la calabaza pochada, un paso que además podemos dejar listo con antelación incluso la víspera.
Picar la cebolleta finamente juto con el diente de ajo y cortar la calabaza en cubos no muy grandes. Calentar un poco de aceite en una sartén o cazuela amplia y sofreír a fuego suave los dos primeros ingredientes con una pizca de sal, cinco minutos. Añadir la calabaza, salpimentar y aderezar con un poco de hierbas provenzales.
Remover y cocinar subiendo el fuego a potencia media cinco minutos. Regar con un chorrito de vino y, cuando se evapore el alcohol, bajar el fuego, tapar y dejar pochar durante unos 25 minutos, removiendo de vez en cuando. Mientras, precalentar el horno a 170ºC con aire o 180ºC con calor arriba y abajo, sacando la merluza de la nevera.
Cortar el tomate en rodajas finas y poner en la base ligeramente engrasada con aceite de una fuente de horno dipo pyrex o similar. Cubrir con la calabaza pochada y disponer encima la merluza aderezada con pimienta, hierbas provenzales y un chorrito de zumo de limón.
Hornear durante unos 10 minutos o hasta que la merluza esté en su punto, jugosa, sin pasarse de cocción para que no quede seca. Servir con un hilo de aceite virgen extra o más limón al gusto.
Pyrex Asador rectangular de cristal, 40 x 27 cm
Con qué acompañar la merluza al horno con calabaza
Planteado para ser un plato completo con su proteína principal y guarnición, si vamos con mucha hambre o lo servimos para el almuerzo del mediodía siempre podemos sumar al menú una ensalada sencilla de acompañamiento o primer plato, además de un poco de pan de calidad, preferiblemente integral para aumentar la saciedad, o incluso algún grano como arroz, cebada o quinoa.
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