La mejor forma de conocer una ciudad nueva cuando haces turismo es caminar y caminar por sus calles disfrutando de los pequeños comercios locales, de las personas que viven allí y aunando las visitas a lugares más o menos turísticos con los paseos descubriendo zonas más desconocidas. Un buen desayuno puede proveernos de la energía necesaria para afrontar un largo día de caminata visitando una nueva ciudad.
Al menos así me lo planteé yo cuando hace unos meses fui a Edimburgo (visita más que recomendable, por cierto): todos los días buscábamos un buen sitio para desayunar fuerte y aguantar sin problema hasta la hora de comer. Y en uno de estos pequeños cafés escoceses es donde encontré esta rica receta de tostada con plátano y crema de cacahuete que comparto con vosotros ahora.
La elaboración no puede ser más sencilla: comenzamos poniendo nuestro pan integral a tostar. Personalmente prefiero tostarlo en una sartén o una carmela con una gotita de aceite, pero si tenéis una tostadora, nos vale igual.
Mientras el pan se tuesta vamos partiendo nuestro plátano en rodajas gorditas y lo reservamos.
Una vez tostadas las rebanadas de pan, untamos por encima una capa fina de mantequilla de cacahuete (aquí tenéis una receta para hacer la vuestra en casa, solo con cacahuetes y un poco de sal, mucho mejor que cualquier mantequilla comercial). También podéis optar por mantequillas hechas con otros frutos secos, como las almendras, los pistachos o los anacardos.
Colocamos las rodajas de plátano encima de la mantequilla de cacahuete, echamos la cucharada de miel por encima de ambos (la miel es opcional, a mí me sirvieron así la tostada y me encantó) y espolvoreamos las semillas de chía como topping. ¡Y listo!
Es un desayuno muy contundente, de hecho yo no me pude terminar la segunda tostada porque estaba ya llena (además de que yo no estoy acostumbrada a desayunar y suelo tirar toda la mañana solo con un café), y con un desayuno como este llegamos sin problemas hasta la cena (teniendo en cuenta que allí la cena se toma más o menos sobre las seis o siete de la tarde).
Una receta ideal de desayuno si tenéis un día duro por delante. Si vais a Edimburgo y queréis probarla, yo la tomé en el Cafe Vivo, en la misma Royal Mile.