Uno de los dolores más frecuentes cuando salimos a correr suele ser el dolor de hombro o de trapecio superior. Si no es muy agudo no hace que nos tengamos que parar, pero sí puede resultar molesto. Hoy os enseñamos a prevenir y solucionar el dolor del trapecio al correr.
El dolor en la zona del trapecio a la hora de recorrer se debe a una mala postura mantenida durante un espacio largo de tiempo. La mayoría de las veces al correr llevamos los hombros hacia delante de manera inconsciente, cuando lo que realmente deberíamos hacer es mantener el pecho por delante de los hombros. Para mantener una postura correcta durante nuestras sesiones de running podemos seguir estas sencillas pautas.
- Hombros atrás y abajo: esta es una pauta que debemos seguir normalmente en nuestro día a día. Acercar los hombros a las orejas o encorvar la zona alta de la espalda (actitud cifótica) desplazando los hombros hacia delante suele ser bastante habitual. Recordar la premisa de "hombros atrás y abajo, y pecho arriba" nos ayudará a mejorar de un plumazo toda nuestra postura corporal.
- Barbilla paralela al suelo: y no pegada al pecho. Esto suele suceder cuando vamos mirando el suelo justo delante de nuestros pies mientras vamos corriendo. No conviene subir demasiado la cabeza para no añadir tensión extra al cuello, pero sí nos ayudará llevar la mirada unos 2 metros delante de nosotros.
- Activa tu core: sí, también al correr nuestra zona central es importante. La activación del core hará que nuestra espalda se mantenga erguida y que sea más fácil estabilizar nuestra cintura pélvica (no inclinar una cadera más que la otra hacia el lado). Si no sabes cómo hacer para activar el core, te dejamos un pequeño truco en este post.
- Mejora la movilidad y estabilización del hombro: si estamos acortados hacia delante, el dolor en la zona del trapecio es más que probable. Hace poco os presentamos tres ejercicios para recuperar la movilidad de los hombros, y también os hemos sugerido ejercicios isométricos para trabajar la estabilización de nuestra articulación más móvil.
Además, recuerda calentar y estirar antes y después de correr: no sólo las piernas, sino también la zona de la cintura escapular. Aunque no lo parezca, interviene en el movimiento de carrera más de lo que creemos.
Si vuelve a dolerte el trapecio mientras corres intenta relajar los hombros y dejar los brazos colgando a ambos lados del cuerpo hasta que la musculatura del trapecio se destense. Revisa tu postura, realiza las correcciones adecuadas y podrás seguir adelante.
Este artículo fue originalmente publicado por Lady Fitness en octubre de 2014 y ha sido revisado para su republicación.
Imagen | Nike
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