Con la llegada de la pandemia mundial hemos descubierto que necesitamos movernos, nos hacen falta ver y hablar con otras personas y precisamos la naturaleza. Con la implementación forzosa de teletrabajo en 2020, muchas empresas continúan hoy con dicho método, lo que ha hecho que muchas personas cambien de lugar. ¿Y si existe un hábito que es tan sencillo de implementar como válido para mejorar la salud? Solemos centrarnos en ejercicio físico, dieta y hábitos como el tabaco, pero una nueva investigación publicada hace unos días en The Lancet introduce uno nuevo: la jardinería comunitaria.
Jardinería comunitaria como promoción de salud
La jardinería comunitaria, también conocida como jardines de adjudicación, son terrenos de cultivo compartidos por varias personas. Suele ser de uso privado e impulsado por los vecinos que se hacen con terrenos en los que cultivan de forma individual o colectiva.
Estos jardines comunitarios pueden mejorar el bienestar y los factores de riesgo de enfermedades como los problemas cardiovasculares, la diabetes o el cáncer. Es una solución basada en la naturaleza que influye en los factores emocionales, sociales y ambientales de sus vecinos.
Ventajas de los jardines comunitarios
El acto de cultivar un huerto mejora los tres pilares de la salud: a nivel físico requiere ser activos y nos ofrece alimentos saludables; a nivel mental nos protege frente al estrés y ritmo frenético diario; a nivel social nos pone en contacto con otras personas y nos hace formar parte de un grupo.
La jardinería comunitaria es una intervención holística que aúna naturaleza, una red de vecinos con un interés común y una actividad que promueve la estimulación cognitiva y física. Sus resultados ya han sido comprobados por la literatura científica que ha encontrado resultados prometedores.
La participación en la jardinería comunitaria cambió significativamente los patrones dietéticos aumentando el consumo de fibra, vegetales y verdura. La cantidad de actividad física también se elevó, mientras que el estrés y ansiedad percibidos disminuyeron.
El conjunto de todo ello es el escenario perfecto para una mejor salud metabólica, menor inflamación y unos biomarcadores mejorados. No hay que enlazar ninguna publicación que muestre que dicho escenario se asocia con menor riesgo de enfermedades como el cáncer y una mayor calidad de vida.
En Okinawa (Japón) esto ya lo sabían
La cultura japonesa ha sido ampliamente estudiada por su longevidad. En Okinawa, una de las zonas del mundo donde se vive más y mejor, los vecinos centenarios cuentan que una de sus claves para llegar a los 100 años es tener un huerto y un grupo de personas alrededor. ¿Nos hacemos un huerto, vecino?
Imagen de portada | Beth Macdonald (Unsplash)
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