Centramos la salud en el entrenamiento y la nutrición, pero dejamos de lado la conexión social que es un factor clave del bienestar. Esta conexión con otras personas puede ser más o menos frecuente, y de mayor o menor calidad. Alteraciones de la salud mental como la ansiedad y la depresión pueden ser tratadas al conectarnos con otras personas. Esa es una de las conclusiones de una de las últimas publicaciones de la revista The Journal of Positive Psychology.
Hacer felices a otros nos hace felices a nosotros mismos
En la citada investigación se preguntan si los actos de bondad son un camino para mejorar la conexión social, lo que a su vez interferiría positivamente en la ansiedad y la depresión. En esta línea ya hay diferentes estudios experimentales que han demostrado que realizar actos de bondad promueve el bienestar.
Solemos utilizar la palabra gasto cuando compramos algo o cuando utilizamos tiempo para algo (perdemos tiempo). Sin embargo, el término inversión, aunque acarrea un gasto de tiempo o dinero, incorpora un beneficio por ello.
De ahí viene el dicho: dar para recibir o sembrar para recoger. Los sujetos del estudio expuesto en The Journal of Positive Psychology que habían tenido gestos que beneficiaban o hacían felices a otros mostraban menos síntomas de ansiedad.
Para poder medir la eficacia de los actos de bondad en nuestra salud mental se sitúan a diferentes personas con síntomas elevados de ansiedad en grupos con diferentes condiciones: un grupo control que sigue igual; un grupo al que involucran en actos amables hacia los demás.
Cambio de dirección hacia la que miramos
Cuando las personas experimentan estados afectivos negativos, como ansiedad o depresión, hay un "ciclo de autorregulación" en el que los intentos repetidos y fallidos de reducir las emociones negativas dan como resultado una preocupación crónica por el propio sufrimiento.
Al centrarnos en nosotros mismos y no en los demás aumenta la angustia emocional y empeoran nuestras conexiones sociales. Al realizar actos de bondad cambiamos la atención de uno mismo hacia las necesidades de otras personas, al menos durante esos momentos.
Nos olvidamos de nuestras emociones negativas de forma momentánea y visualizamos cómo hemos hecho felices a otras personas. Eso hace que los síntomas de ansiedad y la depresión mejoren de forma significativa cuando realizamos actos de bondad.
Además de la actividad física y la nutrición, participar como voluntario o ayudar a los demás en determinadas tareas puede ser una inversión que mejorará nuestra salud mental. Ganan las otras personas y ganamos nosotros, un 2x1 en toda regla.
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