Estirar antes de realizar ejercicio físico no es una buena idea, aunque esto posiblemente ya lo habrás leído varias veces. Lo que posiblemente no hayas escuchado aún es que el estiramiento pasivo previo al ejercicio físico sí es una buena opción en personas con alguna enfermedad cardiovascular, como una mala función de sus vasos sanguíneos o que hayan cursado algún evento como un infarto. Un nuevo estudio ha comprobado que el estiramiento pasivo previo al ejercicio físico previene la reducción de la función de los vasos sanguíneos, haciendo así menos probable que se desarrollen accidentes vasculares como un infarto.
Estirar antes del ejercicio físico puede ser una buena idea a nivel cardiovascular
En el entrenamiento y la salud hay elementos conectados que a simple vista no asociaríamos. Uno de ellos es el papel del estiramiento en la prevención de eventos futuros en personas con enfermedades cardiovasculares.
Más allá del tipo de estiramiento y si estirar antes de entrenar, durante o después para el rendimiento o las lesiones, un nuevo estudio ha observado que estirar antes de entrenar juega un papel importante en la salud de nuestros vasos sanguíneos.
Aunque se sabe que los estiramientos pasivos antes de entrenar no son una estrategia acertada, sí que puede ser adecuado hacerlo al permitir que los vasos sanguíneos sean más resistentes al estrés del ejercicio. Con el ejercicio físico se puede producir una reducción leve y temporal en la función de los vasos sanguíneos.
Dicha reducción no tiene mayor importancia en personas sanas, pero sí puede ser un gran inconveniente en aquellos con enfermedades cardiovasculares. Son este grupo de población los que más se beneficiarían de realizar estiramientos pasivos antes de entrenar, haciendo así que los vasos sanguíneos funcionen mejor durante el ejercicio físico.
¿Qué midió el estudio?
En el estudio publicado en la revista Journal of Applied Physiology dividieron a los participantes en dos grupos. Uno de los grupos estiró pasivamente los músculos de la pantorrilla durante cuatro ciclos de cinco minutos antes del ejercicio. El otro grupo no estiró.
El grupo que no realizó estiramientos tuvo una disminución del 50% en la función de los vasos sanguíneos, mientras que el grupo que se estiró tuvo una disminución de la función del 25 por ciento. Si bien ambos grupos experimentaron una disminución, el grupo de estiramiento hizo un trabajo mucho mejor al retener la función de los vasos sanguíneos, explica Jacob Caldwell, autor principal del estudio y profesor asistente de Ciencias del Ejercicio y el Deporte de la UWL.
Qué aporta este nuevo estudio a las ciencias del deporte y la salud
El estudio es prometedor al disminuir las opciones de eventos adversos en personas con enfermedades cardiovasculares como un infarto. Para ello, bastará simplemente con estirar antes de realizar ejercicio físico, haciendo que los vasos sanguíneos pierdan su función, y evitando así en mayor medido un fallo cardiovascular.
Imágenes | Alora Griffiths (Unsplash), Michael DeMoya (Unsplash), Nigel Msipa (Unsplash)