El hambre es uno de los mayores enemigos con los que debemos lidiar cuando empezamos una dieta de pérdida de peso, ya que a partir de cierto punto es inevitable que el déficit calórico termine provocándonos esta respuesta evolutiva totalmente normal.
El problema es que a día de hoy el hambre más que mantenernos vivos, nos impide alcanzar la forma física que buscamos en muchos casos, y por ello vamos a enseñarte cinco estrategias para controlarla y reducirla.
Mastica más despacio
Aunque este consejo parece muy evidente, son demasiadas las personas que a día de hoy comen más rápido de lo que deberían, reduciendo así la señal de saciedad que puede generar la masticación.
Esta saciedad no se produce de manera instantánea, así que tómate tu tiempo en cada comida, deja los cubiertos encima de la mesa, respira entre bocado y bocado, y verás que poco a poco vas controlando mejor el hambre durante las comidas.
Come en lugares tranquilos
Aunque puede parecer contradictorio, comer en lugares tranquilos puede hacer que comas menos, ya que estarás más pendiente de tu comida y del proceso de comértela.
Es conveniente que disfrutes de la comida y que dejes que tu cerebro se centre en que estás comiendo para así poder lidiar de manera más efectiva con el hambre, ya que si te distraes puede que termines comiendo de más cuando ni siquiera tenías hambre en un primer lugar.
Come solo cuando tengas hambre real
Algo que puede ayudarte mucho es aprender a distinguir entre hambre psicológica y hambre real, ya que si comes porque te aburres o porque quieres disfrutar de algún alimento muy palatable (y, probablemente, demasiado procesado) te estarás dejando llevar por tus emociones, y no en función de lo que necesitas o de lo que te conviene.
Entrena con ganas
El ejercicio de alta intensidad puede aumentar la secreción de catecolaminas, un tipo de hormonas capaces de reducir el hambre.
Por ese motivo, porque te ayudará a quemar calorías (con lo cual, no tendrás que recortar tanta comida), y porque lógicamente tendrá un impacto positivo sobre tu salud, este ejercicio puede estar muy indicado.
Duerme lo suficiente
Dormir menos horas de las que deberías también es algo que parece aumentar la ingesta de calorías voluntaria hasta en un 20%, y este hambre todavía se acentúa más si la falta de sueño se compagina con un periodo de tiempo en déficit calórico.
Por ello, trata de dormir entre siete y media y nueve horas todos los días, que es el tiempo equivalente a cinco y seis ciclos de sueño.
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