Mantener unos buenos hábitos es una tarea que se consigue con dedicación y esfuerzo. ¿Cuántas veces hemos escuchado que a partir de mañana me pongo las pilas? Pero esta labor no debe realizarse drásticamente, ya que este tipo de cambios tienen que convertirse en un hábito, nunca en una imposición.
Todos sabemos que para mantener un cuerpo en perfectas condiciones es importante seguir unos hábitos saludables y apropiados en nuestra vida. La alimentación y el deporte deben ser los pilares fundamentales para conseguir estos objetivos. Es fundamental que se conviertan en un constante de nuestra vida, de nada sirve realizar un esfuerzo drástico para una temporada y una vez conseguido lo que queremos volver a los antiguos malos hábitos.
Para la mayoría de nosotros es complicado reeducar nuestras conductas y obtener una forma de vida más saludable. Es una tarea que requiere trabajo y dedicación si queremos que sea nuestra tónica a seguir a lo largo de la vida. Para nada tenemos que cambiar de forma drástica nuestra forma de vida, ya que significará un esfuerzo que acabaremos rechazando y nunca lo veremos como algo a seguir de por vida.
Antes de tomar esta decisión es importante que sepamos cuáles son nuestros hábitos nocivos para intentar acabar con ellos y conseguir una forma de vida mejor. Tenemos que tener en cuenta que lo debemos conseguir poco a poco, y para ello es primordial llevar a cabo un plan a seguir para mejorar el tipo de hábitos, tanto en alimentación como en deporte. Desde luego que los objetivos a seguir tienen que ser totalmente realistas y acordes con nuestra personalidad.
Las metas a conseguir nunca deben ser demasiado altas, pues si no las logramos caeremos en el desánimo y esto puede ser el detonante para abandonar nuestras intenciones. Lo mejor que podemos hacer en vez de fijar metas es poner una serie de puntos a seguir en lo que a alimentación se refiere y ejercicio físico. Por ejemplo podemos intentar comer más verduras y frutas en vez de dulces, o caminar una media hora al día. Si fijamos estos objetivos conseguiremos las metas sin darnos cuenta.
Siempre es bueno que a la hora de realizar cambios drásticos de alimentación lo pongamos en conocimiento de nuestro médico, pues nunca tenemos que caer en la falta de nutrientes que puede ser perjudicial para nuestro organismo. Es por esto que los cambios nunca tienen que ser drásticos ni radicales, sino que progresivamente iremos adaptando nuestras conductas y sustituyendo un tipo de alimentos por otros.
Lo mismo sucederá con el ejercicio, y es que si asistimos por primera vez a un gimnasio, o si comenzamos a correr, nunca hay que pasarse con el tiempo ni la intensidad del ejercicio, ya que podemos forzar al cuerpo y las consecuencias pueden ser peores. Es primordial que vayamos poco a poco logrando que el cuerpo se acostumbre a la intensidad y esté preparado así para subir un escalón más.
Si seguimos estos consejos podremos conseguir mejorar considerablemente nuestra forma de vida sin apenas darnos cuenta, y lo que es mejor, adquiriremos una serie de conductas que mantendremos a lo largo de la vida sin apenas suponer esfuerzo, pero obteniendo muy buenos resultados a cambio.
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