Por fin ha pasado la cena de Nochebuena y la siguiente comida de Navidad. La buena noticia es que hemos conseguido sobrevivir y, con un poco de suerte, este año habremos conseguido evitar si no todo, al menos alguno de los atracones que nos solemos dar en estas fechas. Sin embargo, lo más posible es que hayamos comido ya no más de la cuenta, sino mucho más de lo habitual. Es posible, incluso, que nos encontremos mal o tengamos molestias estomacales.
Ahora nos surge una de las dudas más habituales de estas fechas y que nos lleva a cometer algunos errores innecesarios: ¿qué podemos hacer para volver a encontrarnos bien y sentirnos aliviados y ligeros después de estas comidas tan pesadas? Por ello, para no caer en errores habituales, y saber seguro cuáles son nuestras mejores opciones, vamos a intentar establecer lo que sí y lo que no podemos hacer para aliviar a nuestro cuerpo.
Qué no hacer después de los excesos de Navidad
Seguir dietas detox
Están de moda, nos las meten por los ojos y habrá personas a nuestro alrededor que nos informaran de los buenas que son para depurar nuestro organismo y volver a encontrarnos como nuevos. La realidad es que, no hay ninguna necesidad real de limpiar nuestro organismo ya que no está intoxicado y, además, de eso se encargan nuestros riñones De lo que requiere es de una alimentación saludable todos los días del año y no una depuración durante siete días.
Estos recursos no solo no conseguirán depurarnos - ni que perdamos peso a largo plazo - sino que pueden ser peligrosas. Para empezar, pueden causarnos importantes carencias nutricionales, además de estresar a nuestro organismo generando más hambre o ansiedad. No solo eso, sino que además del posible efecto rebote, este tipo de dieta puede conllevar un exceso de consumo de agua pudiendo causarnos problemas serios de salud.
Dejar de comer
Otra de las ideas más habituales es empezar a saltarnos algunas o todas las comidas de los días siguientes sin seguir ningún tipo de control. El concepto es similar a el de las dietas detox: si no comemos estos días conseguiremos compensar los excesos de los días anteriores. La realidad es que no existe tal cosa como "compensar" cuando de alimentación se refiere y lo único que podemos hacer es o bien modificar nuestros hábitos o bien volver a ellos si nos hemos desviado un poco estos días.
Decidir saltarnos comidas sin ningún tipo de control no solo no nos hará sentir más aliviados sino que nos generará un hambre totalmente innecesaria y afectará a nuestro metabolismo. El cuerpo, de repente, creerá que ha entrado en reserva de calorías y ralentizará el metabolismo. Y eso no es lo que queremos.
No atascarnos en la culpa
En ocasiones, después de excedernos con la comida en estas fechas, nos comenzamos a sentir culpables. Sobre todo si estamos dentro de un proceso de pérdida de peso. En estos casos, enredarnos en la culpa puede generar una ansiedad innecesaria que no dé más hambre o puede hacernos perder la motivación.
Por ello, lo mejor que podemos hacer es aceptar que esto podía pasar, que en estas fechas lo habitual es excedernos con la comida y tomarlo como un impulso para hacerlo mejor el resto del año. Si no nos perdonamos, no conseguiremos librarnos de una relación poco saludable con la comida y con nuestra alimentación.
Lo que sí hacer después de las fiestas
Seguir practicando deporte
O volver a practicarlo si lo hemos dejado durante estos días. Al principio, si nos sentimos pesados, nos costará un poco más empezar a movernos. Sin embargo, en cuanto lo hagamos empezaremos a sentirnos bien. Y es que, el deporte, al contrario que las dietas milagro, sí que nos ayudará a encontrarnos mejor y sentirnos menos pesados.
Para ello, hay algunos ejercicios sencillos que podemos llevar a cabo incluso en el salón de nuestra propia casa como las sentadillas, las planchas abdominales, las flexiones o circuitos HIIT. Sí, por el contrario, somos más de gimnasio, podemos llevar a cabo esta rutina de gimnasio que os proponemos y que nos ayudará a quemar los excesos y sentirnos más ligeros.
Beber el agua necesaria
El agua no solo nos ayuda a mantenernos hidratados, sino que colabora en la eliminación de toxinas por parte de nuestro cuerpo. Especialmente cuando hemos bebido alcohol, pero también cuando hemos comido en exceso, mantenernos bien hidratados es nuestro mejor aliado en la recuperación de nuestro bienestar.
Elegir bien los alimentos que consumimos
Lo realmente importante, y que nos ayudará, es volver a una rutina de alimentación saludable que podamos mantener durante todo el año. En cualquier caso, existen algunos alimentos que en estas fechas son especialmente beneficiosos para ayudarnos a encontrarnos un poco mejor.
Entre ellos encontramos, por supuesto, las frutas y las verduras que nos ayudarán a que nuestro cuerpo vuelva a la normalidad. Son también ideales los cereales, las legumbres o el pescado azul. Con estos alimentos de base, podremos ir mejorando nuestra dieta poco a poco, creando un patrón de alimentación saludable para todo el año.
Recuperar el patrón de sueño
Otro de los efectos habituales de los excesos navideños es que el patrón de sueño se altera y, además, nos sentimos más cansados e incluso agotados. Es importante, por ello, que hagamos uso de un buen descanso. De esta manera ayudaremos a que el metabolismo se recupere y vuelva a su estado normal, además de facilitar la recuperación de nuestro órganos tras el importante esfuerzo de estos días.
Cuidarnos todo el año
Algo que es muy importante que recordemos es que el bienestar de nuestra salud no lo va a marcar que nos hayamos excedido o no durante estos dos días, sino todo lo demás que hagamos durante el año. Por ello, de poco nos sirve que durante estos días, por encontrarnos mal, nos lancemos a hacer dietas detox si el resto del año no vamos a cuidar nuestra alimentación.
Es importante, por tanto, que nos centremos en mantener una buena alimentación durante todo el año, además de mantenernos físicamente activos. De esta manera no solo conseguiremos que estos dos días no sean en absoluto significativos, sino que nos resultará mucho más fácil recuperarnos y volver a la rutina habitual.
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