La gran mayoría de ocasiones buscamos la estrategia más compleja para dar solución a un problema. La gran mayoría de ocasiones la estrategia más simple es la que mejor responde a dicho problema. La hipertensión es el gran contratiempo que debemos subsanar, y el hallazgo de un nuevo estudio de calidad es esa estrategia simple. El ejercicio físico y la dieta son armas poderosas contra la hipertensión, pero ¿puede ayudar también un baño termal?
Hipertensión: problema y solución
La hipertensión es la razón principal de las visitas al hospital y la utilización de medicamentos de forma crónica. En Japón, el país que ocupa las primeras posiciones de esperanza y calidad de vida tiene cifras superiores al 60% de población que tienen hipertensión.
Otros países como Estados Unidos cuentan también con más de la mitad de su población con presión arterial por encima de lo recomendado (53% de los estadounidenses). El 36% de adultos estadounidenses consume medicamentos antihipertensivos.
La hipertensión se relaciona con enfermedades cardíacas y muerte súbita. Una vez que hemos comprendido la gravedad de la situación actual, ¿hay algo que pueda mejorar esas cifras? No vamos a entrar en el ejercicio físico y la dieta porque eso ya lo sabemos.
Baños termales un tiempo antes de ir a la cama
Una investigación reciente de ilustre revista Nature ha evaluado cómo afectan los baños termales a la hipertensión de los japoneses. En esta zona del mundo la terapia termal y los baños termales son comunes, por lo que podrían tener mucho sentido.
La terapia termal tradicional y los baños termales han demostrado anteriormente ser útiles para diversas enfermedades, incluida la hipertensión. La investigación de Nature se llevo a cabo en japoneses adultos mayores de 65 años.
Descubrimos que el tiempo de baño en aguas termales protegían de manera independiente y significativa contra el desarrollo de hipertensión durante la vida. Estos resultados respaldan nuestra hipótesis de que los baños termales nocturnos habituales protegen contra el desarrollo de hipertensión.
Una de las posibles razones por las que los baños termales nocturnos mejoran el control de la hipertensión es por la mejora del sueño que producen. Estudios anteriores han comprobado que si el baño se programa de una a tres horas antes de acostarse se concilia el sueño más rápido y mejora la calidad del mismo.
Grandes problemas, pequeñas soluciones
Las alteraciones cardiovasculares como la hipertensión generan grandes gastos sanitarios a nivel mundial. Los médicos y los investigadores buscan cómo prevenir y tratar estas enfermedades, más allá de medicación. Un baño termal podría ayudar a nivel psicológico y fisiológico cuyo fin último reduciría los valores de hipertensión.
Los hallazgos de la publicación de Nature merecen una atención adicional puesto que unos simples baños termales poco tiempo antes de ir a dormir se asociaron de manera significativa con una menor prevalencia de hipertensión en adultos mayores. Un mayor control de los valores de presión arterial se asocian con menor riesgo de la arritmia, accidente cerebrovascular, gota, diabetes mellitus, hiperlipidemia y enfermedad renal. ¿Un baño caliente?
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