No hay semana que se cierre sin carreras populares de todo tipo, desde algunas cortas de unos cinco kilómetros, hasta otras de verdadera supervivencia como la reciente conocida como "101 de Ronda", en la localidad andaluza. Estas pruebas son el día a día de muchos, y las primeras veces para otros. Nadie pondrá en duda que el ejercicio físico es vida y medicina, pero siempre conociendo nuestras posibilidades y límites. Desde Vitónica siempre compartimos el mismo lema: no hay que correr para estar en forma, sino estar en forma para correr.
Los médicos deportivos y corredores experimentos como Chema Martínez dejan claro que las carreras populares, aunque sean de pocos kilómetros, pueden suponer un esfuerzo que puede costar un gran susto, incluso la vida. Las asistencias médicas van desde problemas leves por alguna sobrecarga o esguince, hasta infartos y también muertes.
Tres factores que aumentan drásticamente el riesgo de tener que requerir asistencia en una carrera
Lo primero, y antes de nada, una prueba de esfuerzo
Un porcentaje muy bajo de corredores, prácticamente inexistente a nivel estadístico, se realiza una prueba de esfuerzo antes de comenzar a entrenar o a disputar una prueba exigente. Estas pruebas son vitales para detectar anomalías que son las que darán lugar a efectos adversos que pueden costar una vida.
Si pasamos por esta rápida prueba de esfuerzo y está todo bien, podremos comenzar a entrenar acorde a nuestras posibilidades. Durante un tiempo puede que incluso no sea recomendable ni correr, sino alternar caminatas con algo de trote, especialmente si tenemos exceso de peso.
Las prisas no son buenas: paso a paso y kilómetro a kilómetro
Fijar una carrera está bien como motivación, pero el problema de muchas personas es que se inscriben en carreras como una maratón cuando han entrenado apenas unos meses. Finalizar este tipo de carreras exigentes sin un largo proceso de preparación será una hazaña para algunos, pero una insensatez para los profesionales de la salud.
Correr una media maratón puede requerir un año de entrenamiento, menos o más en función del nivel inicial. Apuntarnos a una media maratón con dos meses de preparación es un error que puede terminar en la ambulancia. Ese riesgo aumenta aún más si la prueba es más exigente, ya sea por kilómetros, o por el terreno, como pueden ser las carreras de montaña.
El clima influye, y mucho
El tercer factor que pone en riesgo nuestra salud, y ha costado vidas en las carreras populares, es la climatología. Nada tiene que ver recorrer 10 kilómetros corriendo con una temperatura de 20 grados y sin humedad, que hacer lo mismo con 35 grados y una humedad considerable.
Las carreras populares en verano son menos frecuentes que las demás estaciones del año, pero siguen existiendo. Además, hay carreras en meses como marzo u octubre, o cualquier mes, que a priori no va a ser un día caluroso, y sorprende con temperaturas muy elevadas.
Correr con temperaturas muy elevadas expone al cuerpo a una exigencia para la que no está preparado, a no ser que hayas entrenado para ello. Un deportista de élite que corre una maratón en los Juegos Olímpicos no tiene nada que ver contigo y conmigo, así que no podemos guiarnos por eso.
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Imágenes | Miguel Amutio (Unsplash), Pietro Rampazzo (Unsplash)
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