Cuando nos hablan de adelgazar muchos no sabemos ya qué hacer, pues ea pesar de comer correctamente la báscula sigue manteniéndose inamovible. por eso es importante tener en cuenta una serie de puntos que nos pueden ayudar a no dejar de comer y mantener un peso correcto. Por este motivo en este post queremos detenernos en estos puntos.
Es fundamental que tengamos en cuenta que a la hora de ingerir alimento existe un componente psicológico importante. Por un lado tenemos la necesidad fisiológica de dotar al cuerpo de nutrientes para funcionar, y por el otro está la cultura gastronómica y lo que se nos ha ido enseñando a lo largo de los años. Esa es la parte más importante y la culpable, en la mayoría de los casos, de esa imposibilidad de bajar de peso.
Controlar las calorías
Ante todo es necesario que seamos conscientes de las calorías que nos aportan los alimentos. Saber las calorías que nos aportarán versus los nutrientes que nos van a facilitar es esencial, y por ello es sencillo realizar un pequeño ejercicio antes de llevarnos a la boca un alimento. Por más que nos guste, muchas veces un alimento como los dulces o los ricos en grasas saturadas, a veces solamente nos aportan eso, ningún nutriente importante, lo que hará que enseguida tengamos de nuevo hambre y sobrepasemos las calorías necesarias para una jornada.
Incluye proteínas en la dieta
Consumir alimentos ricos en proteínas nos ayudarán a saciar antes el hambre. Por ello este tipo de nutriente debe ser parte importante de la dieta. Es importante incluir proteínas de buena calidad que nos ayudarán a saciarnos más y tener un organismo en perfecto estado. No debemos dejar de lado el resto de nutrientes, pero eso sí, siempre eligiendo bien su proveniencia.
Fuera estrés
Mantenernos relajados y evitar el estrés nos ayudará también en el control de la ingesta de alimento, y es que el estrés hace que nos decantemos por alimentos más ricos en calorías. El deporte es una buena vía de escape para acabar con el estrés, y además nos ayudará a controlar mucho mejor el hambre, pues al hacer deporte nos concienciaremos mucho mejor de nuestro cuerpo y con ello de lo que debemos o no ingerir.
Dormir bien
No debemos olvidar que el sueño es fundamental a la hora de controlar el hambre, ya que cuando el cuerpo descansa el cerebro se relaja y consume mucho menos que cuando dormimos menos. Ester consumo extra por parte del cerebro hará que la sensación de hambre durante la hornada sea mayor y con ello la ingesta de alimentos, poniendo así en riesgo nuestro peso.
Imagen | Butz.2013
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4 comentarios
lhaydee
Si el cuerpo ya tiene sus propios mecanismos internos para garantizar mantener un peso estable dentro de una horquilla de 3-4 kilos, para qué vamos a preocuparnos en interfrir mentalmente??? Sigo sin entenderlo.
Si comes mucho--->baja el apetito en la siguiente comida-->se activa el metabolismo-->se activa el NEAT-->se activa la temperatura corporal
Si comes poco-->auymenta el hmabre-->se reduce el metabolismo-->aumenta la fatiga para hacerte moverte menos--> se vuelve mas eficiente en los movimientos musculares para consumir menos....
Simple
Comes mucho tienes menos hambre y estás más inquieto
Comes poco, tienes más hambre y estás más cansado.
nutriciondeportiva
Hola:
una ayuda para frenar la ansiedad y el hambre cuando se sigue una dieta es tomar alimentos con mucha fibra, ya que esta se expande con el líquido saciando antes nuestro apetito a la vez que apenas nos aporta calorías.
Tomar algún suplemento que no sea el típico "quemagrasas" o que aumente nuestro metabolismo o temperatura basal, también puede ser de ayuda, me refiero a la L-Carnitina, o moduladores de la insulina para evitar picos y la transformación de azúcares en grasas, bloqueadores de hidratos, grasas, ...
fransynergym
Otra cosa que añadiría yo a todo lo dicho es la necesidad de hacer al menos 5 comidas al día. Si entras a trabajar temprano, desayunas por ejemplo a las 7 de la mañana y no comes nada más hasta la hora del almuerzo es normal que tu cuerpo te pida más comida. Por eso es importante hacer una comida a mitad de la mañana y a mitad de la tarde, como por ejemplo frutas o zumos.