En los últimos años ha aumentado de forma exponencial el consumo de bebidas energéticas como alternativa a refrescos. Podemos ver incluso a niños de corta edad consumir estas bebidas repletas de azúcar y cafeína. La situación se vuelve aún más preocupante cuando estas bebidas energéticas se mezclan con alcohol. ¿Por qué? Vamos a describirlo en este artículo.
En primer lugar describimos en qué consiste una bebida energética para después evaluar si su consumo es saludable o perjudicial. En último lugar, ya conociendo más a fondo este tipo de bebidas, nos haremos diferentes preguntas para dilucidar, según la evidencia científica, si mezclar alcohol y bebidas energéticas es peligroso o no lo es.
Por supuesto, y de forma contundente, el consumo de bebidas energéticas o cualquier otro tipo de bebidas azucaradas no es saludable. El consumo de alcohol tampoco lo es. No hay debate en ello. En este artículo indagamos en los artículos científicos para conocer si la mezcla de alcohol y bebidas energéticas es más peligroso que la mezcla de alcohol con otros refrescos.
Bebidas energéticas: definición y tipos
Las bebidas energéticas consisten en una mezcla de estimulantes y otros ingredientes como la taurina, ginseng y guaraná. Estos ingredientes aumentan los efectos de la cafeína en el rendimiento físico o cognitivo pero también pueden aumentar los efectos adversos en comparación con el consumo de cafeína sola.
Puedes profundizar más en los ingredientes de Monster y Redbull. A ello se le suma una gran cantidad de azúcar (una lata de Monster de 500mL tiene 55g de azúcar, una de RedBull 27,5g de azúcar). En la imagen siguiente se pueden ver los principales ingredientes activos de las bebidas energéticas.
- Cafeína: Un café contiene unos 40mg de cafeína por cada 100g. Lo podemos comparar con los 80mg de la lata de 250mL de RedBull o los 150mg de la lata de 500mL de Monster entre otros.
- Taurina: Es un aminoácido fabricado de forma natural en el cuerpo humano, y ayuda a mover minerales como el potasio, sodio, calcio y magnesio entre las células.
- Glucuronolactona: Precursora de la taurina. Este compuesto es conocido por mejorar la memoria y la concentración. También tiene efectos estimulantes y antidepresivos.
Algunos datos interesantes de las bebidas energéticas
La primera bebida energética fue lanzada en Japón en 1960, llegando a Europa en 1987 y en EEUU en 1997, en California, como producto para universitarios y aficionados a deportes extremos. En 2006 ya existían casi 500 marcas de bebidas energéticas en todo el mundo, aumentando sus ventas un 60% del 2008 al 2012.
El 30% de los adultos (mayores de 18 años), el 68% de adolescentes (entre 10 y 18 años) y el 18% de niños (menores de 10 años) consumen bebidas energéticas en la Unión Europea.
Mientras que las ventas de la mayor parte de bebidas azucaradas disminuyeron en 2007 - 2012, las bebidas energéticas aumentaron un 53%. El gasto en publicidad de bebidas energéticas aumentó 2,5 veces el gasto del 2008 al 2010, y creció un 71% entre el 2010 y el 2012.
Las llamadas relacionadas con las bebidas energéticas al Centro de Control de Envenenamiento de Australia aumentó cinco veces 2004-2010. Las marcas de bebidas energéticas más consumidas en el mundo son las de la siguiente imagen:
Riesgos de consumir bebidas energéticas
Los riesgos para la salud asociados con el consumo de bebidas energéticas son principalmente relacionados con su contenido de cafeína. A ello debemos sumar su contenido en taurina y glucuronolactona que potencian los efectos de dicho estimulante.
Conociendo que cada copa con alcohol va acompañada de una bebida energética, el riesgo se ve elevado por dos causas: la primera la salud en sí misma, la segunda es la mezcla de algunas alteraciones en la conducta de las bebidas energéticas por un lado y del alcohol por otro. Algunos riesgos del abuso de la cafeína y de las bebidas energéticas son los siguientes:
- Palpitaciones, hipertensión, diéresis, estimulación del sistema nervioso central, náuseas, vómitos, convulsiones (según la posición de la OMS).
- Ansiedad, irritabilidad y trastornos del sueño.
- Paro cardíaco.
- Incluso la muerte.
Otros riesgos del abuso de bebidas energéticas son:
- Trastornos de conducta y conducta violenta.
- Aumento del consumo de tabaco y/o alcohol o incluso de otras drogas.
- Adopción de conductas de riesgo sexual, violencia o comportamientos peligrosos como no poner el cinturón de seguridad.
- Diabetes tipo 2 y caries dentales por su contenido en azúcar.
- Dependencia física y la adicción.
Todos los riesgos anteriores debemos ponerlos en perspectiva cuando el alcohol entra en juego. Algunas mezclas pueden ser: estar más irritados y el alcohol nos hace más agresivos; aumento del consumo de otras drogas facilitado por el alcohol; conducir pensando que estamos despiertos por la bebida energética, pero con la pérdida de control del alcohol; etc.
Riesgo de consumir bebidas energéticas mezcladas con alcohol
Con el crecimiento del consumo de bebidas energéticas ha aumentado también la combinación de las mismas con alcohol. Ya hemos ido introduciendo que la mezcla de bebidas energéticas y alcohol es un riesgo de salud personal y pública. En este apartado profundizaremos en ello.
¿Pueden las bebidas energéticas enmascarar el estado subjetivo de embriaguez?
Sus estimulantes podrían contrarrestar el efecto sedante del alcohol. Según esta revisión y meta-análisis las bebidas energéticas no tienen efecto sobre el grado de intoxicación subjetiva. Hay que destacar que dicho artículo está financiado por empresas relacionadas con bebidas energéticas.
Los actuales meta-análisis no mostraron diferencias significativas en la intoxicación subjetiva al consumir alcohol con cafeína (incluyendo en las bebidas energéticas) en comparación con sólo el alcohol. Esto sugiere que los efectos estimulantes de la cafeína no modificaron la experiencia subjetiva de los efectos intoxicantes del alcohol y que un efecto de enmascaramiento no existe.
Reduce la fatiga mental, somnolencia y reducción de energía, pero no cambian el estado de embriaguez. Por tanto, estaremos menos cansados y más despiertos, pero los efectos del alcohol harán que actos como conducir después de consumir alcohol con bebidas energéticas sean de un enorme riesgo.
¿Aumentan el deseo de consumir más alcohol?
El mecanismo farmacológico de este deseo no esta claro. Un mecanismo probable es que la cafeína incrementa la dopamina, cuya función es estimular y sensación de recompensa, a lo que se le añade taurina que libera la dopamina inducida por el alcohol. Es decir, puede aumentar el deseo de consumir más alcohol.
Las bebidas energéticas contienen aditivos azucarados y otros ingredientes, tales como taurina que tienen el potencial para interactuar con los efectos del alcohol. Al igual que potencia el efecto de la cafeína para el rendimiento, podría aumentar los efectos del alcohol.
A ello se le añade que aumenta deseo de beber por la palatabilidad de la bebida. Si algo está dulce y rico podríamos beber más cantidad y más rápido. Esta revisión concluye que los consumidores de bebidas energéticas bebieron más alcohol que otros bebedores, incluyendo sesiones de consumo excesivo de alcohol más frecuentes y beber más a menudo.
No se puede establecer causalidad puesto que las personas que consumen más bebidas energéticas son adolescentes y adultos jóvenes, por lo que salen y consumen más alcohol a menudo. En cualquier caso lo mejor es reducir el consumo de alcohol de bebidas energéticas, tanto por separado como juntos.
La mezcla de bebidas energéticas y alcohol es perjudicial: mensajes para llevarse a casa
El consumo de bebidas energéticas ha aumentado de forma considerable en los últimos años, siendo considerado por muchos como un refresco más, y consumido incluso por niños a pesar de su alto contenido en cafeína. Este tipo de bebidas tomadas por adultos de forma puntual no tienen mayor inconveniente que algunos cafés mezclados con un puñado de azúcar.
El problema lo encontramos cuando se consume de forma habitual, y en altas dosis. Los riesgos de estas bebidas son los de un exceso de cafeína, como palpitaciones, alteración de conducta, irritabilidad, trastorno del sueño, etc. A lo que hay que añadir otros ingredientes como taurina y glucuronolactona que potencian aún más los efectos de la cafeína. Sin olvidar su alto contenido en azúcar.
Con el aumento de estas bebidas, crece el número de personas que las mezcla con alcohol. No se puede confirmar que se bebe más alcohol si se mezcla con bebidas energéticas que si se mezcla con otro tipo de refrescos. Aunque la tendencia parece indiciar que sí es así.
Los estudios que defienden que sí se consume más alcohol con estas bebidas altas en cafeína se centran en que los estimulantes de dicha bebida incrementan la activación y el estado de alerta y por otro lado que se consume más rápido debido a la alta palatabilidad por su gran contenido en azúcar.
En cualquier caso, aunque no exista dicha relación, consumir varias copas conlleva consumir varias bebidas energéticas, teniendo cada una de ellas una cantidad importante de cafeína, con lo que a igual consumo de alcohol con bebidas energéticas u otros refrescos, los riesgos para la salud son mayores con las bebidas altas en cafeína.
Las bebidas energéticas tienen poco impacto en la intoxicación percibida o deterioro percibido. Pueden atenuar el deterioro inducido por el alcohol en algunas tareas psicomotoras y cognitivas, pero no puede revertir la inhibición de errores típicos de un alto grado de alcohol consumido. Es decir, podemos creernos que "controlamos", pero a la hora de la verdad no "controlamos".
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