La alimentación siempre ha sido un tema a la orden del día. Este interés, unido a una cierta ignorancia, ha generado infinidad de creencias erróneas sobre la alimentación saludable que los nutricionistas escuchan constantemente en consulta. Tres expertas nos explican cuáles son los mitos más extendidos para ayudarnos a desmontarlos:
"Beber agua durante las comidas engorda"
Existe la creencia extendida de que beber agua durante las comidas engorda y los nutricionistas no paran de repetir que esto no es verdad. "Es aconsejable beber de 1,5 a 2 litros de agua a lo largo del día y puedes tomarla durante las comidas o fuera de ellas, de manera indiferente", explica María Lozano, experta en nutrición.
Desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid añaden que es frecuente la aparición de sed durante las comidas que debe ser saciada para nuestra correcta hidratación y que además nos ayudará a percibir mejor los sabores de los alimentos que ingerimos.
"Comer cinco veces al día adelgaza"
Otra de las afirmaciones que se escuchan de forma habitual es que hacer cinco comidas al día adelgaza y que puede ser clave a la hora de perder peso. "Un mito que se repite mucho en la alimentación es el tema del número de comidas que hay que hacer diariamente y a qué hora", sostiene Paloma Quintana, nutricionista.
Nos recuerda que es importante cómo distribuyamos nuestras comidas y qué comamos en cada ingesta, el problema es que esto atiende más a una razón de bioritmos y es muy personal. "Las circunstancias de cada uno varían mucho, dependiendo de los horarios que tengamos, incluso de cómo se comporte el organismo, si se hace mucho deporte o es una persona sedentaria, etc".
Quintana nos cuenta además que seguimos encontrando en consulta frases tipo "mi problema es que no meriendo", "mi problema es que no tomo algo a mitad de mañana", etc.
"Está claro que es mejor hacerlo para que nos distribuyamos mejor las ingestas y no lleguemos con un hambre voraz a la comida. Así, esto no nos llevará a tomar malas decisiones, pero en cualquier caso el problema es lo que se termina ingiriendo, cómo es el patrón dietético de la persona y qué es lo que consume".
Y recoge que algunas personas se podrían beneficiar incluso haciendo únicamente dos o tres comidas, siempre y cuando esas ingestas sean nutritivas. "Sin embargo, las personas consideran que, como se dijo que el metabolismo se volvía más lento si no se consumía un número determinado de comidas, se sigue creyendo que al no haber picado algo en la merienda, en la comida o en la cena, se sigue engordando. No es así, es todo cuestión de bioritmo y conducta", sentencia.
"Lo que engorda o lo que adelgaza"
Paloma Quintana recuerda que otro mito muy extendido es el de "lo que engorda o adelgaza" y nos invita a desaprender estas ideas preconcebidas y sin rigor alguno: "A veces nos guiamos exclusivamente en función de las calorías teóricas que tiene cada plato. Sabemos que esto no es así. En muchas ocasiones las calorías no son lo que más cuenta. No podemos considerar lo mismo las calorías contenidas en un producto de nutrientes basado en azúcares que en un plato con las mismas calorías, como un bol de ensalada".
Recoge que el conjunto de macro y micronutrientes y otros componentes del alimento, como la fibra o la cantidad de proteína, influyen directamente en cómo vaya a comportarse ese alimento en el organismo y cómo vayamos a metabolizarlo, así como qué cantidad de grasa corporal acumulemos o no.
"Las calorías de una ensalada, aunque sean las mismas que las de un paquete de galletas, no tiene nada que ver. Querer saber si algo de manera aislada engorda o adelgaza es muy genérico", añade la experta.
"La fruta engorda"
"Una de las cosas que más escucho en consulta es que la fruta engorda", asegura la nutricionista Victoria Lozada (Nutrition is the new black). "Realmente la fruta no engorda; es decir, ningún alimento engorda por sí solo porque no importa lo que comamos en concreto, si no todo lo que hagamos durante el resto del día. Cómo es nuestra genética, si hacemos deporte, cómo dormimos"…
"Es muy curioso lo del mito asociado a la fruta", añade Quintana. Por un lado, los que creen que la fruta engorda porque tiene azúcares. La fruta contiene azúcares, pero pocos, porque el componente mayoritario es agua. Lo que no saben es que la fruta no es muy calórica ni va a provocar un aumento del porcentaje de grasa.
En el lado opuesto, nos cuenta que está la creencia o mito de que la fruta es totalmente saludable, toda la que quieras tomar, y no engorda porque es muy baja en energía. "Lo que ocurre es que en algunas personas sedentarias que presentan una metabolización mala hacia los carbohidratos, comer mucha cantidad de fruta a lo mejor no es lo más adecuado y hay que apostar más por los vegetales, la hortaliza", añade.
Asegura que es muy interesante esto porque para algunas personas la fruta es carta blanca y otros rechazan el plátano o las uvas. "Está demostrado que la fruta puede ayudar en la pérdida de peso con las raciones adecuadas. Resulta saciante y puede ser un interesante aporte de vitaminas y minerales en la dieta de muchas personas", garantiza.
"Pasar hambre adelgaza"
"Todo el mundo piensa que hay que pasar hambre para hacer un cambio de hábitos", enuncia además Victoria Lozada. "Pasar hambre es lo que no recomendamos porque puede generar más problemas a nivel metabólico y que bajes de peso de manera drástica, más que estabilizarte y ya no solo centrándote en el peso, si no que nunca tendrás hábitos sostenibles".
"La alimentación emocional es negativa"
Otro mito que recoge la experta mencionada es que la alimentación emocional es negativa, cuando es algo positivo ya que los antojos son muy saludables y recomendables de escuchar. "El problema es cuando se repiten mucho y se convierte en rutina", concluye la experta Lozada.
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