El punto de ajuste: cómo tu cerebro te impide ganar o perder peso

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Puede que en muchas ocasiones te hayas embarcado en una dieta con el objetivo de ganar o perder peso, pero, tras no conseguirlo al menos durante un corto periodo de tiempo, quizá hayas optado por dejarlo.

El problema es que es posible que estés lidiando con el punto de ajuste que ha determinado tu hipotálamo, que es algo que si entendemos puede ayudarnos a conseguir una mayor adherencia a cualquier dieta futura.

Qué es el punto de ajuste

El punto de ajuste o "set point" no es más que el peso que tu cerebro entiende que tu cuerpo tiene que tener.

Tras mantenerte durante un periodo de tiempo en un peso concreto, tu cerebro se adapta y envía señales a tu cuerpo que favorecerán el que continúes estando en ese peso.

Por ese motivo, la pérdida o la ganancia de peso en las dietas no es un proceso lineal, sino que oscila dependiendo de muchos factores, y uno de ellos (y bastante significativo) es precisamente el punto de ajuste.

perder peso

Si tu peso oscila, tu cerebro modificará procesos como la producción de calor, la oxidación de grasas o la sensación de hambre para ayudarte a sobrevivir en un peso en el que te has encontrado cómodo durante mucho tiempo.

Que se alteren estos procesos al ganar o perder peso es algo normal, pero en lugar de resignarte a que esto ocurra la idea es que trates de modificar tu alimentación para hacer frente efectivamente a estos cambios.

Cómo lidiar con el punto de ajuste

Cuanto más tiempo te hayas mantenido en un peso concreto, más propenso serás a mantener ese peso y más te costará cambiarlo.

¿Quiere decir esto que sea imposible hacerlo? No, pero conviene que entiendas que quien haya llegado recientemente a un peso concreto tendrá más propensión a volver a su peso anterior en comparación con quien ya lleva un tiempo manteniendo un peso determinado.

Por ello, en lugar de plantearte empezar una dieta en particular puede que tenga más sentido que valores llevar a cabo cambios positivos en tu alimentación que puedas mantener durante mucho tiempo, valorando siempre el largo plazo.

Por ejemplo, si estás intentando ganar peso y para eso estás comiendo más cantidad de comida, llegará un punto en el que tu cerebro hará que tengas menos hambre para que sencillamente tu peso no oscile.

punto de ajuste

En ese momento, tendrá sentido que en lugar de tratar de comer una cantidad mayor de comida, te centres en elegir alimentos con una mayor densidad calórica o que optes por alimentos líquidos para conseguir una menor sensación de saciedad.

El resumen final de todo esto es que tu cerebro va a poner siempre tu supervivencia por encima de todo, pero dado que muchas veces los mecanismos que pone en marcha están injustificados, conviene que trates de hacerles frente con las estrategias que tienes a tu disposición.

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Imágenes | iStock

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