La regla del 80/20 es el recurso infalible para aumentar la productividad y así puedes aplicarla

Propone establecer prioridades y concentrar el esfuerzo en aquello que más resultado produce

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Maximizar la productividad, ya sea en el trabajo o en las tareas cotidianas que realizamos en nuestro hogar, resulta fundamental para invertir bien nuestros tiempos y no desperdiciar energía ni recursos en lo que hacemos. Por eso, te mostramos en qué consiste la regla del 80/20 que constituye un recurso infalible para aumentar la productividad y puedes aplicarlo a muchos ámbitos de la vida diaria.

La regla del 80/20 o el principio de Pareto

En 1986 el economista y filósofo Vilfredo Federico Pareto usó la regla del 80/20  por primera vez, para referirse a cómo era la distribución de tierras en Italia: el 80% de las tierras eran propiedad de sólo el 20% de la población, y este dato se repetía en muchos ámbitos de su vida como por ejemplo en su jardín, porque el 20% de las plantas daba el 80% de la fruta recolectada.

Así, el principio de Pareto contempla la distribución y el impacto o los resultados, y puede verse reflejado en muchos ámbitos de nuestra vida diaria, como por ejemplo en la economía, en la organización de nuestro tiempo, y demás.

Dado que la productividad es una medición que refleja la relación entre los  resultados de la actividad, el tiempo invertido y los recursos utilizados en ella, esta regla es infalible para maximizar la misma y obtener un rendimiento apropiado con un esfuerzo inferior.

La regla del 80/20 establece que de manera general el 80% de los resultados provienen de sólo el 20% de nuestro esfuerzo o acciones realizadas.

Por esta razón, analizando las tareas o actividades pendientes que debemos  realizar, el principio de Pareto propone enfocarnos en el 20% que producirá el 80% del impacto.

Es decir, debemos seleccionar aquellas acciones que tendrán mayor impacto en los resultados de nuestro trabajo, en nuestro examen, o en el orden de nuestra casa, y realizar aquellas primero, para después recién prestar atención a aquellas acciones que tienen menores beneficios.

Concentrarnos en el 20% que produce el 80% de los resultados, permitirá aprovechar al máximo nuestra energía en las acciones más relevantes y destinar un menor esfuerzo o aquellas horas de inferior productividad al resto de las tareas que tienen una prioridad reducida y menor impacto en el ámbito que se realizan.

La regla del 80/20 o el principio de Pareto es infalible para maximizar la  productividad y requiere tener muy claro nuestras prioridades así como  también el impacto de diferentes acciones, ya que en todo momento debemos  enfocarnos en el 20% más útil y dedicar nuestra mayor energía, esfuerzo y las horas de máxima productividad, a dichas tareas.

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