No existe un acuerdo sobre si el síndrome postvacacional es una enfermedad o no lo es. Como señala la Universidad Clínica de Navarra: es una situación transitoria y en parte normal, debido a nuestro estilo de vida de todo o nada. ¿Cómo podemos hacerle frente y sobrellevarlo de la mejor manera posible?
¿Qué es el síndrome postvacacional?
Su propio nombre nos indica que es algo que puede ocurrir después de las vacaciones. Suele ser debido a que pasamos por un proceso de adaptación después de habernos desensibilizado del mismo. Es por ello que después de una semana o más, según cada situación, ya se ha pasado.
Puede ser cursado en mayor o menor medida, o incluso ni darnos cuenta de ese proceso de adaptación. Dependerá de cómo sea nuestro trabajo y de los cambios a nivel vital y emocional que supongan.
Es ahí donde aparece el nuevo síndrome postvacacional que ocurre después de teletrabajar durante la pandemia y volver a trabajar de manera presencial. Más allá de volver de unas vacaciones, tenemos que adaptarnos de nuevo a horarios, transporte, conciliación familiar, etc.
Nuevo síndrome postvacacional con la vuelta al trabajo presencial
Al volver de vacaciones tenemos que programar de nuevo alarmas, adentrarnos en el tráfico, y en definitiva modificar el estilo de vida que hemos llevado durante ese tiempo de vacaciones. ¿Qué pasaría si volvieras de vacaciones después de casi dos años?
Esa adaptación, aunque no es tan drástica como volver de unas vacaciones reales, nos supone quizá desidia y hastío. Aunque también es cierto que para otras muchas personas la vuelta al trabajo presencial supone una motivación para estar con los compañeros y salir de casa.
En el lado contrario se encuentran las familias que han estado en casa trabajando con sus seres queridos cerca, que han evitado horas de tráfico o que prefieren ese trabajo virtual al presencial. Es en ellas donde puede surgir un cambio de carácter y cierta angustia que puede derivar en bloqueos laborales.
¿Cómo sobrellevar la vuelta al trabajo presencial?
Vuelta progresiva a la rutina
En muchas empresas están alternado días de trabajo virtual y trabajo presencial. Si es tu caso te será beneficioso, y si no lo es, quizá pueda ser posible. De esta forma la adaptación será paulatina y no repentina. Es como entrar de golpe a una piscina de agua fría o ir pasando por agua caliente, templada y fría.
¿Mucho trabajo acumulado?
Puede que además de volver al trabajo presencial nos encontremos con trabajo acumulado de las vacaciones. Esa mezcla puede ser explosiva y podemos ver mermadas tanto nuestras condiciones profesionales como personales.
Sé consciente de tus posibilidades y divide esa gran bola en pequeñas bolitas. Existen libros de productividad como "Hábitos atómicos: cambios pequeños, resultados extraordinarios" que te pueden ayudar en este comportamiento.
Sincroniza tus relojes internos con los relojes externos
Debido a una ausencia de la rutina, nuestros relojes internos se pueden ver alterados ya que modificamos la hora en las que comemos y la hora en que nos vamos a dormir.
Con la vuelta al trabajo en la oficina puede que también haya que modificar horarios ya que ese tiempo que necesitamos para ducharnos, vestirnos e ir a la oficina se altera en mayor o menor medida dependiendo del tiempo de transporte que necesitemos.
Ve a dormir una hora antes si necesitas esa hora extra por las mañanas. El sueño es parte fundamental de la vida. Estar descansado nos ayuda enormemente en tomar las mejores decisiones en nuestro día a día y en controlar nuestro estado emocional.
Un tiempo en silencio cada día
Con las prisas, los atascos, ruidos, etc. nuestro día cambia totalmente respecto al silencio de casa, o a esa música que nos ponemos de fondo.
Ya que con la vuelta al trabajo presencial vamos a ver posiblemente alterado ese estado de paz y relax, saca al menos 30 minutos cada día para meditar, estar en silencio y dejar todo de lado en ese tiempo.
"Desinfoxicación": que la información no te "infoxifique"
Si vas en tu coche al trabajo evita las noticias. Pon música en su lugar, alguna playlist con esas canciones que te transmiten buena energía y que te llevan a lugares que te sacan una sonrisa. Nuestro cerebro absorbe toda la información que le llega, la buena y la mala.
En nuestra mano está alimentarlo con buenas vibraciones y alejarlo de las malas. Esta simpleza puede modificar totalmente el estado de ánimo de tu día. A medio día haz lo mismo, por la noche también y en cualquier momento en que puedas elegir una película, un libro, música o cualquier cosa que alimente tu cerebro para bien, hazlo.
La alimentación influye en nuestro estado de ánimo, estrés y ansiedad
Al igual que hemos comentado como los telediarios pueden ser la comida basura del cerebro, los ultraprocesados y la comida insalubre también influye en dicho cerebro y en todo lo demás.
Una alimentación rica en verduras y frutas nos ayuda a controlar el estrés y la ansiedad cuando pasamos esa etapa de síndrome postvacacional.
Nuestro sistema necesita micronutrientes y macronutrientes para funcionar. Los micronutrientes son todas las vitaminas y los minerales contenidos en los alimentos. Los macronutrientes son la proteína, la grasa y los hidratos de carbono que necesitamos como energía.
Elegir los mejores alimentos que nos aporten esos micronutrientes y macronutrientes será un gran aliado en nuestra vuelta al trabajo presencial. Todo suma. Al contrario los alimentos poco saludables contribuyen a aumentar ese síndrome postvacacional.
La actividad física: la mejor elección
La buena noticia para todos los divulgadores y personas que conocemos los beneficios de la actividad física es que "no es nada nuevo". Seguro que de sobra conoces todos los poderes que tiene la actividad física para prevenir y tratar una larga lista de enfermedades.
Aunque hemos dicho al inicio que el síndrome postvacacional no está consensuado como enfermedad, tiene una relación con algunas alteraciones emocionales leves como la ansiedad, el estrés y la depresión.
Es por ello que la actividad física realizada en cualquier momento del día nos ayuda fisiológicamente a controlar mejor esa adaptación dura al volver de vacaciones y volver a trabajar de forma presencial.
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