Dentro de los diferentes enfoques que hay para combatir la obesidad y el sobrepeso, tenemos al balón gástrico o intragástrico. Se podrá estar a favor o en contra de este método, pero es una opción más a considerar en el amplio mundo de la reducción de peso.
El uso del balón intragástrico no es perpetuo, con lo que no es una solución definitiva ni mágica a la obesidad y requiere de una reeducación nutricional, de hecho, no sirve para nada si no aprendemos a comer bien. Hagamos un repaso a todo lo que hay que saber sobre el balón intragástrico.
¿Cuál es la función del balón gástrico?
El balón intragástrico tiene como cometido el reducir el volumen del estómago. De esta forma, cuando comemos la sensación de saciedad aparece antes y, por tanto, limitamos la cantidad de alimentos que consumimos al día. Esto, sin duda, facilita el proceso de pérdida de peso.
Teniendo en cuenta que la mayor parte de casos de obesidad se deben a una sobrealimentación, que una persona no sienta esa sensación de querer seguir comiendo porque está saciado, es una ayuda importante para reducir el peso. Por tanto, el balón intragástrico va a ser el encargado de producir una saciedad precoz.
¿Para quién está indicado?
Evidentamente, para personas con problemas de peso. Pero no se trata de que nos sobren unos pocos kilos, sino de que haya un sobrepeso u obesidad evidentes y de que al paciente le cueste más de lo normal adelgazar o recupere pronto el peso perdido.
También está recomendado en personas en las que una ganancia de peso supone un riesgo alto para la salud, tal como riesgo cardíaco o desarrollo de enfermedades metabólicas. También es útil para personas cuyo exceso de peso suponga un problema a la hora de meterlos en quirófano para prácticarles cualquier operación agresiva.
En todo caso, debe ser un médico especialista el que valore el uso del balón intragástrico como beneficioso para el paciente. Por tanto, no se trata de un método para adelgazar que pueda utilizar cualquiera a su antojo. Además, requiere de un compromiso de reeducación nutricional, con un seguimiento multidisciplinar.
¿Cómo se coloca el balón intragástrico?
La colocación el balón intragástrico es una intervención segura y rápida.
Una vez que el médico ha comprobado con el gastroscopio que no hay anomalías en el estómago, se seda al paciente y el balón intragástrico se introduce desinflado hasta el estómago por endoscopia. Una vez en el estómago, es rellenado con suero salino y su válvula se sella. En función del peso y altura del paciente, el balón se hincha más o menos, pero suele ocupar entre el 40 y el 50% del volumen total del estómago.
La colocación del balón, por tanto, es una intervención bastante segura y que dura unos 20-30 minutos, no requiere de hospitalización. Para la retirada del balón, la intervención es similar pero a la inversa: se pincha el balón y es sacado del estómago por endoscopia.
En la actualidad ya hay balones intragástricos ingeribles, donde no es necesaria ni hacer la endoscopia para colocarlos: se traga una cápsula unida a un hilo y, una vez en el estómago, se hincha.
¿Cuánto dura el tratamiento y cuánto peso puedo perder?
El balón está preparado para durar unos 8-9 meses dentro del estómago, aunque por margen de seguridad se suelen dejar unos 6-7 meses. También hay balones que pueden llegar a durar un año completo.
Se puede perder hasta un kilo por semana con este método, aunque depende de muchos factores y, con el paso del tiempo, el organismo ya no responde de la misma forma a la senación de saciedad. El éxito de este método reside en mantener los hábitos saludables adquiridos durante el tratamiento una vez se retira el balón.
Posibles complicaciones del balón intragástrico
Aunque son mínimas las complicaciones que pueden ocurrir, están relacionadas con la implantación o retirada del balón. En cuanto a la implantación, las complicaciones pueden deberse a la sedación o a dificultades al hacer la endoscopia. Aunque como decimos, son muy raros los casos y no suele haber mayor problema si se utiliza el instrumental adecuado.
En cuanto a la retirada, si el paciente no ha seguido unas recomendaciones básicas del médico los días de antes, puede que se acumule fibra alrededor del balón y se haga difícil su extración, debiendo incluso posponer la extración.
Una vez implantado el balón, unos de los efectos secundarios que pueden aparecer pero que son transitorios son las nauseas y, de forma ocasional, vómitos en las primeras 24-48 horas.
Otras complicaciones poco frecuentes pueden deberse a irritación de la mucosa estomacal o gastritis, úlceras o perforaciones. Complicaciones que si hay un seguimiento médico suelen identificarse de forma rápida y no llegan a complicaciones graves.
Si el procedimiento de colocación y retirada es normal y los materiales utilizados y los profesionales son los adecuados, las complicaciones del balón intragástrico son mínimas.
No sirve de nada si no hay reeducación nutricional
Es necesario y fundamental un equipo multidisciplinar cuando se pone un balón intragástrico: médico, dietista y psicólogo. No tiene sentido esta ayuda para perder peso si no la aprovechamos para aprender a comer mejor y cambiar de hábitos para luego mantener el peso perdido.
Si después del balón intragástrico seguimos con nuestra vida anterior (sobrenutrición y sedentarismo) y no metemos cambio de hábitos, es "pan para hoy y hambre para mañana", porque en pocos meses volveremos a la casilla de salida y no habrá tenido sentido este tratamiento.
Nuestra opinión sobre el balón intragástrico
Como hemos dicho anteriormente, debe de ser un médico especialista el que valore el uso de este tratamiento contra la obesidad. Desde fuera, puede verse el balón intragástrico como un atajo para adelgazar y, en verdad, así es, pero es un atajo que mucha gente necesita para ser consciente de que puede bajar de peso y motivarse así a cambiar hábitos.
¿Se pueden obtener los mismos resultados si hacemos dieta y ejercicio? En mi opinión sí, aunque quizás tardemos más tiempo. El problema aquí es la motivación de la persona, que puede abandonar un tratamiento dietético si no ve resultados rápidos y con el balón intragástrico esos resultados son muy notorios, sobre todo en las primeras semanas.
Si una persona está muy concienciada en perder peso, no va a necesitar un balón intragástrico, sólamente ayuda profesional para reorientar su alimentación y hábitos diarios. Ahora bien, si ese sobrepeso supone un problema serio de salud o la persona se ve incapaz o está muy desmotivada, el balón puede ser una opción a valorar.
Pero, en ningún caso, el balón intragástrico se debe tomar como un medio rápido de pérdida de peso sin intención de cambiar hábitos, porque sus efectos serán muy a largo plazo y volveremos pronto al estado inicial de obesidad.
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En Muy Saludable | ¿Cómo funciona el balón intragástrico para bajar de peso?
Imágenes | iStockphoto y Edward Roberts
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