La genética aplicada al alimentación es algo en lo que la mayoría de nosotros no repara, pero son muchos los avances que se están desarrollando en este campo, y por ello no podemos perderlos de vista, puesto que están encaminados a mejorar nuestra alimentación con productos mucho más completos. Este es el caso del bimi, un alimento que la mayoría de nosotros no conoce y que se está convirtiendo en la revolución dentro del mundo de los vegetales.
El bimi es un híbrido entre brócoli y col china, toda una mezcla que en los últimos tiempos está empezando a hacerse visible y a darse a conocer en las fruterías y en grandes almacenes. Es cierto que todavía no es un alimento fácil de encontrar, ya que en todos los sitios no lo tienen, pero nosotros queremos adelantarnos y detenernos en sus propiedades para saber si es recomendable o no incluirlo en nuestra dieta diaria.
Como todo vegetal es un alimento beneficioso para el organismo que nos aportará altas cantidades de nutrientes encaminados a mejorar nuestra salud. Pero en este caso bimi es un supervegetal, ya que supera a cualquier otro en el contenido de nutrientes. Debemos tener en cuenta que contiene diez nutrientes esenciales para el organismo y en cantidades muy elevadas. Por un lado contiene zinc, ácido fólico, antioxidantes, vitamina C, glucosinolatos… Ninguna de las verduras que conocemos le gana en lo que se refiere al aporte nutricional. Por este motivo bimi se considera toda una revolución en el mundo de la nutrición y de los beneficios que podemos obtener a través de ella.
Todo este contenido nutricional es el que lo convierte en un súper alimento que no solo nos mantendrá alimentados, sino que además constituye en sí mismo una prevención natural, ya que los antioxidantes, y sobre todo, los glucosinolatos que contiene lo convierten en la mejor herramienta para prevenir la aparición del cáncer, concretamente los de pulmón, colon o estómago entre otros. Sencillamente debemos tenerlo en cuenta y adquirirlo para poder ingerirlo en torno a tres veces por semana.
A la hora de conseguir este alimento debemos fijarnos que se parece mucho al brócoli, pero su tallo es mucho más alargado y fino. Su sabor es intenso y con matices dulces que se asemejan bastante a los del espárrago. Es importante que lo pidamos por su nombre a la hora de comprarlo, y cocinarlo como si de otra verdura cualquiera se tratara.
Vía | SportLife
Imagen | Menno van der Sman
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