Cereales para desayunar hay muchos, pero no todos son iguales. Hace un tiempo os contamos que la mayor parte de cereales de desayuno tienen un exceso de azúcar, lo que no los hace muy recomendables, ya que el equilibrio entre hidratos de rápida absorción y lenta absorción no es adecuado.
Normalmente un cereal coloreado o vendido por su sabor es el que tiene mayor cantidades de azúcares. Un cereal poco procesado y sin azúcar añadido por ejemplo son los copos de maíz tal cual o la avena.
No es que sea malo comer este tipo de cereales, pero si nuestro desayuno se basa sólo en esto estaremos metiendo mucha azúcar, esto elevará el pico de insulina y hará que se guarde gran parte de la energía que hemos introducido en el desayuno, por tanto al poco tiempo tendremos de nuevo hambre.
La avena por ejemplo tiene muy pocos azúcares y esto ayudará a que en el transcurso de la mañana vayamos absorbiendo su energía y no notemos cansancio ni hambre. Otra solución es mezclar un poco de esos cereales que tanto nos gustan pero que son ricos en azúcares con cereales menos procesados como los compos de maíz o avena.
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Imágen | woodsy
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