En nuestro cuerpo podemos encontrar diferentes tipos de grasas, una de ellas es la grasa parda o grasa marrón que si bien conocemos poco resulta de gran importancia para nuestro cuerpo. Te contamos qué es y cómo favorecer su aumento para facilitar la pérdida de peso.
Qué es la grasa marrón
La grasa marrón o parda es un tipo de tejido adiposo metabólicamente muy activo y que consume energía para generar calor.
Compone una mínima proporción en el tejido adiposo total del organismo y predomina en los bebés, mientras que va reduciéndose hasta la vida adulta en la cual encontramos grasa beige con la misma actividad que la grasa marrón pero se denomina así debido a que en la misma se presentan adipocitos marrones y blancos simultáneamente.
En los adultos esta grasa beige, parda o marrón se genera ante estímulos ambientales y debido a que incrementa el gasto calórico por termogénesis, puede favorecer la pérdida de peso como señala un estudio publicado en The Journal of Clinical Investigation.
Concretamente, la grasa marrón es grasa que se origina a partir de tejido adiposo blanco o normal y que ante la exposición al frío por ejemplo, utiliza grasa almacenada para producir calor, teniendo por ello un efecto antiobesidad probado.
Como si fuera poco, la activación de la grasa marrón podría reducir triglicéridos y colesterol en plasma, mejorando así el perfil de lípidos del organismo como ha señalado una investigación publicada en 2015.
Cómo estimular la formación de grasa marrón para adelgazar
Dado que al momento de adelgazar el déficit calórico es fundamental para quemar las reservas de grasas del organismo, estimular la formación de grasa marrón que incentiva el gasto de calorías podría ser de gran ayuda.
Como hemos dicho, la grasa marrón se produce a partir de estímulos ambientales y por ello, podemos incentivar su presencia en nuestro cuerpo mediante los siguientes factores:
Exposición al frío
Como dijimos, la grasa marrón quema calorías (y grasas) para producir calor, por ello, se ha demostrado que exponerse al frío con frecuencia o estar presente en un ambiente con temperaturas variables incentiva la formación y actividad de la grasa marrón en el organismo.
Tener todo el tiempo el aire acondicionado encendido o la calefacción en invierno no son medidas que contribuyan a estimular la grasa marrón, sino que por el contrario, debemos dejar que nuestro cuerpo se esfuerce por regular la temperatura corporal.
Así, durante el invierno puede ser más fácil promover la grasa marrón en nuestro cuerpo si no nos abrigamos en exceso y en determinadas ocasiones (frecuentes), nos exponemos al frío.
Experimentar estrés agudo y leve
El estrés crónico y que no se reduce en determinados momentos de nuestros días puede resultar muy perjudicial para el organismo, de hecho, puede hacernos engordar.
Sin embargo, el estrés leve y agudo podría ser beneficioso y como concluye un estudio publicado en Experimental Physiology activa la grasa marrón aun en presencia de temperatura estable, lo cual se traduce en un gasto calórico mayor causa del tejido adiposo beige o pardo.
Es decir, experimentar de vez en cuando una presión laboral, una tarea contrarreloj o la exposición a un examen académico puede ser un buen recurso para activar la grasa marrón y así, favorecer su actividad al momento de perder peso.
Ejercicio físico regular
El ejercicio físico regular no sólo puede representar una situación de estrés agudo para nuestro cuerpo y por ello, estimular la actividad de la grasa marrón, sino que también, como observaron científicos de Italia, la actividad física estimula mediante una hormona específica la transformación de adipocitos blancos de la región visceral o abdominal a adipocitos marrones.
Así, si queremos mayor presencia de grasa marrón en el cuerpo con el objetivo de adelgazar, una vez más, el entrenamiento regular debe hacerse presente, siendo incluso recomendable el ejercicio a intervalos de alta intensidad o tipo HIIT que representan un estrés agudo a nivel físico para nuestro organismo.
Incluso, si realizamos ejercicio al aire libre podríamos también exponernos a temperaturas variables y de esta manera estimular igualmente la formación y actividad del tejido adiposo beige o pardo.
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