Si entrenas ciclismo y notas que tu velocidad de crucero se ha estancado posiblemente sea porque siempre haces el mismo tipo de entrenamiento. Pocos ciclistas suelen hacer series o cambios de ritmo y esto es un factor importante en los entrenamientos a la hora de ganar velocidad. Hacer entrenamientos interválicos continuos ayudará a ganar velocidad.
A tus entrenamientos de larga duración añade uno a la semana con cambios de ritmo. Un ejemplo: haz rodajes al 90-95% durante 3-5 minutos, luego recupera otros 5 minutos a ritmo suave y con mayor cadencia de pedaleo. Repite esto 4-5 veces y acaba con una media hora de rodaje a ritmo tranquilo. La intensidad la puedes medir subiendo en 3-5 km/h tú velocidad habitual o incrementando el ritmo cardíaco en 10-15 pulsaciones por minuto
Estos cambios de ritmo acostumbran al músculo a trabajar a mucha intensidad y soportar cada vez más fatiga, lo que se traduce en poder ir más rápido en el rodaje sin acusar una excesiva fatiga. Eso sí, intenta que el terreno sea suave y con poca pendiente, aunque si algún día te encuentras fuerte puedes probar con terreno montañoso.
Para este tipo de entrenamiento es importante que realices antes un buen calentamiento, rodando tranquilamente 10-15 minutos y haciendo una buena sesión de estiramiento. Y no te olvides de la hidratación en los períodos de descanso. Con el paso de las semanas puede incrementar las series e ir subiendo hasta 8-10 cambios de ritmo por sesión. No falla, en cuestión de un mes verás como tu pedaleo es más vivo rápido, el trabajo interválico, al igual que en la carrera, hace milagros.
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Imágen | Kol Tregaskes
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