Lo mismo que tras la operación salida en automóvil la DGT hace un balance de accidentes, también se han hecho públicas las consecuencias, al menos las hospitalarias, de los excesos en la mesa en Navidad. Y los datos fríos son que: tomar demasiado alcohol y las copiosas comidas ricas en grasas son factores que aumentan hasta un 25% las urgencias en estas fechas, según la portavoz de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) y médico del Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona. Aunque generalmente, la mayoría de las consultas son de carácter leve o moderado. Las más habituales son indigestiones pesadas e intoxicaciones alimentarias.
Afortunadamente estos “atracones”, caracterizados por una sensación prolongada de pesadez, náuseas, vómitos y un ligero dolor abdominal, tienden a remitir a base de dieta ligera y sin necesidad de hospitalización. Sin embargo, cuando exista una patología crónica previa, los médicos recomiendan cuidarse más y controlar la ingesta de alimentos (cantidad y calidad) para evitar un empeoramiento de estas afecciones o provocar complicaciones severas. Los especialistas sugieren elaborar menús ligeros a base de frutas y verduras como alternativa a los platos con alto contenido graso ya que “el estómago digiere con más dificultad este tipo de comidas, porque estimulan demasiado las secreciones intestinales provocando molestias”.
Detrás de las consultas por indigestiones, en estas fechas se disparan también las motivadas por intoxicaciones alimentarias producidas por alimentos en mal estado, principalmente pescados y mariscos. Este tipo de intoxicaciones sí que suelen ser graves y, en la mayoría de los casos, requieren hospitalización. Para prevenir estas situaciones, los expertos recomiendan adquirir alimentos frescos de primera calidad y, en el caso de recurrir a los congelados, respetar siempre las pautas de congelación y descongelación.
El otro gran peligro es el consumo excesivo de alcohol que puede derivar en cuadros graves de intoxicación etílica , sobre todo entre los jóvenes. Aunque lamentablemente este no es un problema exclusivo de las navidades y no sólo afecta a la salud física sino que también aumenta la probabilidad de accidentes de tráfico.
Aunque ya hayan pasado las navidades, es recomendable que tengamos presente estos hechos porque la vida social nos presenta constantemente compromisos y celebraciones con exceso de comida y bebida. En Vitónica ya han aparecido varios post en plan “Pepito Grillo” que nos recuerdan la cautela y sentido común en la mesa: ¿cómo evitar los atracones? y sobrevivir a la Navidad.
Y aunque no todos hayamos acabado en urgencias, ¿cuántos tienen remordimientos y han aumentado de peso? Esos datos no nos lo dice el hospital, sino la balanza del baño. Si la prueba da positiva hay que ir pensando en hacer dieta después del roscón de Reyes como se han propuesto la mayoría de los votantes de la encuesta de Vitónica sobre propósitos sanos para el 2008.
Vía | Revista Mía