Seguro que has sufrido alguna vez el conocido como síndrome del impostor. Según informan desde El Mentalysta, expertos en psicología social y lenguaje corporal, más del 70% de la gente ha sufrido este síndrome en algún momento de su vida. "Aunque no lo parezca, es en realidad más común de lo que creemos, pero eso no lo hace menos dañino para la confianza y carrera de quienes lo padecen", advierten.
Los expertos consultados coinciden en que el síndrome del impostor se produce en aquellas personas que son incapaces de asimilar sus logros. Nos cuentan también que algunos investigadores lo han vinculado al perfeccionismo, sobre todo en mujeres.
Aplicado al gimnasio, esto se traduce en pensar que somos un fraude. El síndrome del impostor puede afectar negativamente a la hora de conseguir nuestras metas: "Si estás convencido de que no estás a la altura de las circunstancias, esto puede evitar que te impongas o que corras los riesgos necesarios".
De esta forma creemos que nuestros logros son producto de la suerte y no merecemos reconocimiento por nuestros m´eritos porque "no son gran cosa". Tampoco nos permitimos arriesgar ni dar pasos por temor a fallar y sentimos miedo a que los demás se den cuenta de que no somos lo bastante buenos.
Cómo superarlo
Para vencer esta sensación, la entrenadora personal Verónica Domingo nos invita a crear metas realistas y optar por pequeños objetivos, teniendo en cuenta que es una carrera de fondo.
"Es importante recordar que no siempre estamos motivados y habrá que tirar de disciplina si queremos conseguir nuestros objetivos. Podemos ir incrementando la actividad para que la progresión sea poco a poco", explica.
Otra forma de actuar contra el síndrome del impostor es reconocer que está ahí y plasmar por escrito los sentimientos de "impostor" cuando surjan. Esto nos ayudará así a romper el ciclo de pensamientos negativos: "Suele suceder que, cuando los escribimos, vemos estos pensamientos desde otra perspectiva y podemos abstraernos de ellos. Haz una lista de tus fortalezas. Llevar un registro de tus logros es una buena forma de recordarte que no eres un fraude".
"Un objetivo muy grande implica cambios enormes en nuestro día a día. Por eso, es importante marcarnos pautas poco a poco y a largo plazo. Una tarea grande vista como un solo bloque se ve insuperable. Dividirla en subtareas lo hará más manejable", recuerda la entrenadora personal.
Los grandes logros requieren aprendizaje permanente
Además, hemos de aceptar fallar no es el fin del mundo (ya que de los errores se aprende). "Los grandes logros requieren un aprendizaje permanente. No alcanzarás grandes metas sin ser disciplinado y estar comprometido con tu propósito. Al final, el progreso es mejor que la perfección", sostiene Domingo.
Cada persona es un mundo
Por último, la entrenadora nos recuerda que es importante recordar que las metas en el gimnasio, al igual que en el resto de áreas de nuestra vida, no son iguales para todos: "Dependiendo de tu cuerpo y tus capacidades, deberás enfocarte en diferentes aspectos".
En cualquier caso, ten en cuenta que es importante enfrentar estos problemas, pero también puede ser positivo tener algo del síndrome del impostor ya que conservaremos nuestra humildad y nos concentraremos en mejorar nuestros hábitos... ¡intentando disfrutar del proceso!".
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