El Yoga nos ha enamorado a muchos y ya seamos principiantes, o llevemos tiempo practicándolo, la realidad es que el Yoga es una actividad física que nos ofrece numerosas posibilidades diferentes. Esto es una ventaja ya que todos encontraremos una modalidad de Yoga que se adapte a nosotros.
Pero también requiere que investiguemos y probemos para conocer cuáles son nuestras opciones. Ya hemos hablado anteriormente del Ashtanga Yoga o del Bikram Yoga , pero ¿qué opciones tenemos si lo que queremos es practicar Yoga para ponernos en forma? En ese caso puede que nos interese el Vinyasa Yoga.
En qué consiste el Vinyasa Yoga
El nombre de esta práctica, Vinyasa, viene a significar "unión de movimiento y respiración" y esto es, básicamente, lo que busca este tipo de Yoga. Probablemente será la modalidad favorita de aquellos que buscan un Yoga activo y dinámico, así como fluido que ayude a trabajar a fuerza y a tonificar el cuerpo.
Y es que se trata de una práctica muy dinámica que se basa en la unión de respiración y movimientos a lo largo de los diferentes asana. Es decir, cada movimiento que hacemos va acompañado de una respiración. Además de esto, se basa en seguir una serie particular de asanas - no establecidos de manera fija como ocurre en el Ashtanga - que se van sucediendo y generan un patrón.
Es una práctica en la que es muy importante que controlemos bien la respiración porque esto ayuda a que sea más efectivo. La libertad que existe para elegir los diferentes asanas del patrón permite que vayamos adaptando esta práctica a nuestro nivel y conocimiento.
Cómo se practica el Vinyasa Yoga
Los asanas que practicaremos en el Vinayasa Yoga no se diferencian de los que podemos hacer en otras modalidades de esta actividad física. La diferencia está en el ritmo con que lo hacemos, la fluidez y el dinamismo.
Lo primero que debemos conocer para practicar este tipo de Yoga es cómo funcionan las respiraciones: las inhalaciones acompañan a los movimientos ascendientes que abren el pecho, mientras que las exhalaciones acompañan a los que comprimen el vientre, o en los movimientos que ayudan a anclar.
Teniendo en cuenta que cuando practicamos Vinyasa Yoga la respiración acompaña a los movimientos, lo recomendable es que sea esta la que lo guíe, siendo la respiración la que marque el ritmo en cierto modo. En definitiva, las posturas se van haciendo al ritmo de nuestra respiración.
Para hacernos una idea, el saludo al sol podría considerarse parte del Vinyasa Yoga. La idea es que no se mantengan las posturas estáticas durante varios minutos, sino que vayan fluyendo al mismo ritmo que fluye nuestra respiración, lo que lo diferencia del Hatha Yoga aunque hagamos los mismos asanas.
Beneficios que nos aporta el Vinyasa Yoga
Igual que ocurre con todos los tipos de Yoga uno de los principales beneficios que obtenemos es el de la relajación y la reducción de la ansiedad y los niveles de estrés.
Al tratarse de una práctica más dinámica, esta modalidad concreta de Yoga ayuda a trabajar de manera específica nuestra fuerza, flexibilidad y resistencia. Además, ayudará a que nuestro cuerpo se vea más tonificado y a mantener una mejor postura corporal. También es una de las práctica de Yoga que más efecto tendrá a la hora de ayudarnos a perder peso gracias a su dinamismo.
El hecho de tener que mantener la conexión entre la respiración y el movimiento - lo cual al principio no es fácil - nos ayuda a trabajar la atención y la concentración. Uno de los beneficios de esto es que nos obligar a tener la mente alejada de nuestras preocupaciones diarias y poder desconectar de manera muy eficiente.
Precisamente esta necesidad de estar pendiente de la respiración nos ayudará a trabajar la manera en la que respiramos y mejorarla. Algo que es muy necesario no solo para nuestra salud física, sino también para ayudarnos a reducir los niveles de ansiedad.
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