Existe un ejercicio que casi, casi podemos considerar como fundamental a la hora de trabajar la espalda, se trata de las dominadas de dorsal. La gran mayoría de nosotros lo solemos incluir en nuestras rutinas de entrenamiento, bien sea con ayuda de un peso, con lastre o con nuestro propio peso. Lo cierto es que si observamos detenidamente en las salas de entrenamiento se siguen cometiendo mucho fallos y vicios a la hora de ejecutar este ejercicio. Para ello en este post nos queremos detener en algunos de los errores más habituales que cometemos al ejecutar este ejercicio.
Para muchos estos errores pasan desapercibidos debido a que se trata de una serie de vicios que se han ido adquiriendo con el paso del tiempo. Por ello es mejor detectarlos a tiempo y cuanto antes para corregirlos. Para ello podemos encargar a un compañero que nos observe y nos corrija los posibles fallos que estamos llevando a cabo. También es una buena alternativa mirarnos con detenimiento en un espejo mientras ejecutamos el ejercicio, para detectar posibles errores.
La realización de un recorrido inadecuado a la hora de hacer dominadas
Uno de los principales errores que solemos cometer tiene mucho que ver con el recorrido. No hay que olvidar que al final lo que estamos trabajando es la parte del dorsal. Por ello debemos colgarnos totalmente con los brazos estirados para elevar todo nuestro cuerpo mediante la acción de los músculos de la espalda. Este recorrido es fundamental para incidir en la parte trabajada. Si no lo llevamos a cabo o nos apoyamos con los hombros o las piernas, no estaremos trabajando bien. Si no podemos elevar el cuerpo haciéndolo de este modo, es recomendable ayudarnos con una máquina de dominadas en la que incorporaremos peso extra para ayudarnos a elevar el nuestro propio.
Darnos impulso con las piernas, un fallo muy extendido
Otro fallo suele ser impulsarnos mediante la acción de las piernas. Darnos impulso con las piernas es un síntoma de que no podemos elevar nuestro peso mediante la acción de los músculos de la espalda. Por ello es mucho mejor ayudarnos con una máquina de dominadas o con un compañero que nos acompañe en el recorrido. Pero lo que debemos evitar a toda costa es dar impulso con las piernas, ya que tenderemos a arquear la espalda demasiado y hacer que intervengan los músculos lumbares, los bíceps y en gran medida el hombro.
Encoger los hombros para impulsarnos
Si del hombro se trata, un fallo muy extendido es implicarlo demasiado a la hora de realizar las dominadas. Esto se nota cuando al elevar nuestro cuerpo tendemos a encoger los hombros hacia dentro o adelante. Es decir, lo que hacemos es impulsar la subida con el hombro y hacer de este modo que intervengan los músculos de esta parte del cuerpo. Es un signo inequívoco de que no podemos realizar la actividad con ese peso y por ello podemos ayudarnos con la máquina de dominadas citada anteriormente y con la asistencia adecuada. Lo mismo sucede con los codos, que deben permanecer hacia atrás y no hacia delante para así evitar involucrar a los hombros y los músculos de los brazos.
Pasos adecuados y evolución a la hora de hacer dominadas
Ante todo lo ideal es comenzar la casa por los cimientos, es decir, debemos ir ganando fuerza poco a poco en la parte dorsal para ir aumentando la carga y con ello la evolución muscular. Nunca hay que descuidar la correcta ejecución del ejercicio. Por ello recomendamos comenzar poco a poco con una máquina que nos asista para ir utilizando nuestro peso. En el último escalón estaría la ejecución con lastre, que es una carga adicional y que nos hará aumentar los resultados.
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