La mayoría de nosotros estamos llegando en estos días de nuestras vacaciones, un tiempo en el que hemos disfrutado de un merecido descanso a todos los niveles. Es por esto que es necesario que tengamos en cuenta algunos puntos importantes a la hora de retomar los entrenamientos después de varias semanas sin hacer nada. Aunque nosotros no lo creamos, la falta de ejercicio y de cualquier tipo de actividad física durante las vacaciones hace que nuestro cuerpo disminuya sus cualidades frente al entrenamiento. Es importante por ello que volvamos a reanudar los entrenamientos de forma progresiva y moderada para así lograr que en poco tiempo volvamos a estar al cien por cien y nuestro cuerpo responda como siempre al ejercicio. Para lograrlo nunca debemos regresar a entrenar como nos fuimos, sino que es importante que realicemos algunas sesiones de aclimatación.
Normalmente lo recomendable es que la primera semana la destinemos a aclimatarnos de nuevo al ejercicio, para ello realizaremos sesiones de entrenamiento en las que vamos a tocar las diferentes partes del cuerpo con pocas cargas, de modo que los entrenamientos no sean demasiado agresivos y nos produzcan una sobrecarga muscular derivada de las semanas que hemos estado sin practicar actividad física. Es fundamental que estiremos concienzudamente todas las partes de nuestro cuerpo. El estiramiento es un paso importante para activar la circulación en la zona que vamos a entrenar, y por ello no debemos saltárnoslo, lo mismo que una aclimatación al ejercicio y al movimiento que desarrollamos mientras lo estamos realizando. Para ello lo que debemos hacer es llevar a cabo el ejercicio con muy poca carga e ir añadiendo más peso poco a poco dentro de la misma sesión de entrenamiento. Como ya sabemos el músculo se recupera con facilidad y más cuando lo tenemos acostumbrado al entrenamiento, por eso poco a poco volverá a responder como lo hacía antes de irnos de vacaciones. Pero por ello debemos ser pacientes y comenzar despacio. En ningún caso podemos utilizar las mismas cargas e intensidad con la que terminamos al irnos de vacaciones. Es necesario que nos aclimatemos de nuevo al trabajo físico. No es primordial que variemos la rutina, sino que lo que debemos hacer es reducir la intensidad. No debemos caer en el error de entrenar fuerte después de las vacaciones, ya que los daños pueden ser mayores que los beneficios. No debemos olvidar que el músculo ha estado sin trabajar durante muchos días, y por ello ha perdido algo de la tonificación con la que nos fuimos. Pero no solamente la intensidad debe ser inferior a la hora de realizar entrenamiento con pesas, sino que si practicamos ejercicio aeróbico debemos aplicarnos la misma teoría para evitar algún que otro susto. La teoría es sencilla, y por ello no debemos ser bestias a la hora de entrenar. Ante todo tiene que predominar el sentido común y nadie mejor que nosotros sabe hasta donde puede llegar nuestro cuerpo y lo que puede o no soportar. Eso sí, nunca debemos correr riesgos innecesarios que pueden conducirnos a sufrir una lesión que frene nuestro progreso.
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