¿Qué materiales pueden ayudarnos a trabajar nuestro core? Técnicamente todo los que impliquen los músculos de la zona central del cuerpo: desde las kettlebells hasta las poleas, pasando por aquellos que generan inestabilidad como puede ser un foam roller o un fitball. Pero, ¿cuántos de estos están diseñados específicamente para trabajar nuestro control central? Para ello llega un nuevo material de entrenamiento directamente desde Australia: el Oov.
Se llama Oov porque responde a las siglas de out of vocabulary o sin necesidad de vocabulario, y en el mismo momento en el que lo pruebas te das cuenta del por qué de ese nombre. Simplemente cuando estamos de pie nuestro cuerpo siempre está haciendo pequeñas microcorrecciones en nuestra postura de forma automática para mantenernos en la posición ideal: el Oov hace lo mismo mientras nos encontramos trabajando sobre él.
¿Qué es Oov?
Oov es un material de entrenamiento realizado con una microespuma patentada con forma de cisne (echándole un poco de imaginación). Esta microespuma es flexible y deformable, y nos devuelve el 50% de la presión que ejercemos sobre ella, de modo que se mantiene firme mientras trabajamos con Oov.
Su forma responde a la de nuestra columna vertebral, ofreciéndonos apoyo en las zonas en las que lo necesitamos al estar tumbados en el suelo o apoyados contra una pared, y su base arqueada es la encargada de generar una cierta inestabilidad que pone a trabajar toda la musculatura de nuestro core.
Oov está disponible en tres tamaños: el tamaño pequeño, para personas de hasta 1,70 metros, el tamaño mediano para personas de hasta 1,80 metros y el tamaño grande para personas de más de 1,80 metros. No solo deberemos tener en cuenta nuestra altura a la hora de escoger el Oov ideal para nosotros, sino también nuestra complexión.
¿Cómo se trabaja con Oov?
Oov es un material muy versátil, ya que podemos trabajar con él en distintas posiciones: tanto en decúbito prono y supino, como en decúbito lateral, en cuadrupedia o directamente de pie apoyándolo en un pared. En su posición básica nos sentamos sobre la parte más grande del Oov y tendemos nuestra espalda sobre el resto. De esta forma, la pelvis puede moverse de forma tridimensional y las escápulas quedan libres para moverse en el espacio.
Los principios del entrenamiento con Oov son cuatro: el control central (desde la musculatura de la parte central del cuerpo -músculos internos del abdomen- es desde donde controlamos nuestra estabilidad y todos nuestros movimientos), la elongación axial (que nos ayuda a realizar una respiración diafragmática y nos coloca en la posición más segura para el movimiento), la movilización de la cadera (porque, como hemos dicho, se mueve en las tres dimensiones, mientras que con otros implementos solo podemos moverla en dos de ellas) y la movilización de los hombros y la columna torácica (las escápulas están libres y podemos moverlas en el espacio).
A partir de estos cuatro principios podemos trabajar conjugando el Oov con ejercicios de Pilates o con otros implementos como therabands o pelotas, siendo primordial siempre mantener una postura de columna neutra desde la que parten todos los movimientos. También es una buenísima herramienta para evaluar clientes, en el caso de que seamos entrenadores personales, ya que desde el primer momento podemos ver las rectificaciones que realizan o las compensaciones de su cuerpo.
La experiencia de una clase con Oov
He podido disfrutar de una master-class de Oov con los compañeros de Polestar Pilates dirigida por Belén Sánchez, para probar este nuevo material y experimentar de primera mano cómo funciona. Lo primero que notas al tumbarte sobre el Oov es cómo tu cuerpo va realizando constantemente rectificaciones para mantenerte en la postura adecuada, sin necesidad de que el profesor siga apenas nada. Las rectificaciones las realiza nuestro propio cuerpo de manera automática, y la musculatura del core está en acción todo el tiempo.
Una vez acostumbrados a estar tumbados sobre el Oov hemos comenzado con algunos ejercicios sencillos de Pilates que, subidos en este material, se convierten en un verdadero desafío. Esa es otra de las ventajas de este material: es muy retador y, al igual que hay algunos ejercicios que se pueden ver asistidos por la acción del Oov (como el roll-up, que sale prácticamente sin pensarlo y sin ningún esfuerzo), otros se vuelven mucho más difíciles al realizarlos sobre una superficie inestable. Un par de veces rodé al suelo, no os voy a engañar, pero una vez realizados un par de ajustes por parte de mi propio cuerpo, fui capaz de terminar los ejercicios.
Trabajamos en todas las posiciones, incluso boca abajo (un poco incómodo hasta que encuentras la posición ideal) y en cuadrupedia, colocando el Oov bajo una de nuestras rodillas. Después de una sesión de una hora terminé bastante cansada, puesto que fue una sesión muy intensa, pero es cierto que puedes notar los beneficios en muy poco tiempo: sales de la sesión sintiéndote activado e incluso con una mayor movilidad sobre todo en la zona de la cadera.
Muchas gracias a los amigos de Polestar por recibirnos en su centro y por enseñarnos este material tan novedoso.
Imágenes | Oov
Vídeos | Polestar Pilates, Annex Group
En Vitónica | Pilates a fondo de la mano de dos profesionales del sector
Ver 2 comentarios