El logro de un "peso sano" es siempre aconsejable, sin embargo si perdemos peso pero recuperamos los kilos fácilmente de forma constante, podemos poner en riesgo nuestra salud. Por eso, adelgazar no sería la clave para estar sano, sino que evitar los cambios constantes de peso parece mucho más importante.
Los cambios constantes de peso perjudican la salud
Durante años se nos ha dicho que estar delgados es beneficioso para proteger al organismo. No obstante, adelgazar a un nivel insostenible puede resultar aún más perjudicial si sufrimos efectos rebotes repetidos en el tiempo.
La ciencia así lo fundamenta al demostrar que los cambios constantes de peso no sólo perjudican la estética, sino también puede incrementar el riesgo cardiovascular y favorecer el deterioro cognitivo.
Por otro lado, nuestro metabolismo se resiente con cada descenso marcado de peso y así, se favorece el almacenamiento de grasas considerablemente cada vez que recuperamos kilos.
El riesgo de sufrir un trastorno de la conducta alimentaria también es considerable, sobre todo debido a que con cada reducción y aumento de peso experimentamos ansiedad y estrés.
Por todo esto, aunque la obesidad tampoco es sana muchas veces es preferible conservar un peso relativamente elevado pero llevar un estilo de vida saludable que involucre dieta de calidad y actividad física regular, antes que adelgazar a un peso insostenible y favorecer los cambios constantes de peso.
Queda demostrado que adelgazar no es siempre la clave para estar sano sino que evitar los cambios constantes de peso parece mucho más importante.
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