Todos sabemos lo que es la ansiedad y por qué se reconoce o se produce. Siempre se suele achacar al tipo de vida que llevamos en la actualidad y a la vorágine en la que estamos sumergidos. El estrés es un aliado en muchos casos de la ansiedad, y por ello el deporte siempre se ha visto como una válvula de escape a este estrés y por lo tanto a esta ansiedad y a sus efectos. Pero lo que muchos no sabemos es que el deporte puede generar también ansiedad, que es lo que se conoce como ansiedad deportiva.
La ansiedad genera en nosotros estados de alteración a nivel general en nuestro organismo. El deporte es una válvula de escape, pero cuando se convierte en una obligación o un medio de supervivencia puede acabar por generar en nosotros episodios de ansiedad que pueden acabar pasándonos factura o por el contrario beneficiando los resultadosque obtendremos a la hora de llevar a cabo esa actividad deportiva.
La ansiedad deportiva es más habitual de lo que pensamos. A pesar de que siempre se ha achacado a deportistas profesionales, cada vez son más las personas anónimas que la padecen/strong> y que ensombrece sus entrenamientos y el rendimiento de los mismos. Pero la cosa no se queda ahí, sino que además los motivos por los que aparece la ansiedad en el deporte suelen ser cosas nimias e insignificantes que acaban desembocando en problemas mayores.
Motivos que la producen
Las principales causas de una ansiedad deportiva son las altas metas y objetivos que nos marcamos. Esto lo que hace es generar en nosotros una situación de impotencia cuando vemos que nos es imposible llegar a conseguir los objetivos marcados, o están muy lejos de nuestras posibilidades. Esta situación genera en nosotros episodios de ansiedad que afectarán al desarrollo de la actividad de varias maneras.
Los cambios de rutina o de lugar donde vamos a desempeñar la actividad deportiva, además de las variaciones de intensidad pueden generar en nosotros episodios pasajeros de ansiedad. Estos se producen básicamente cuando se rompe la rutina establecida y creemos que al cambiar no podemos controlar lo que estamos haciendo. Es como si se nos escapara de las manos toda la actividad y no pudiésemos controlarla. Estos episodios suelen durar hasta que logramos acostumbrarnos a las nuevas condiciones.
En el caso de los deportistas que compiten tienen una serie de factores añadidos que pueden ser la causa de la ansiedad, como es la competición y la cercanía en el tiempo a ella. Además de esto está el temor a no estar preparado para ese momento y no obtener los resultados que nos hemos marcado. El hecho de no haber entrenado lo suficiente y de no vernos preparados para esa prueba es un importante factor a la hora de desencadenarse la temida ansiedad deportiva.
Efectos que genera en nosotros
Es cierto que cuando aparece este trastorno acabará generando en nosotros una serie de efectos que no podemos pasar por alto. Ante todo hay que tener presente que la ansiedad afectará a nuestro estado de ánimo en primera instancia y acto seguido esto afectará a nuestra forma de reaccionar. Por ello se pueden producir varias acciones a tener presentes si la ansiedad deportiva hace acto de presencia.
En primer lugar podemos bloquearnos y optar por permanecer apáticos frente a una situación que nos supera. Detenernos y dejar todo lo que estamos haciendo puede ser una alternativa cuando nos sentimos oprimidos por la ansiedad. Derrumbarse y quedarse bloqueados frente al fracaso y a la incapacidad para seguir evolucionando en la actividad es una alternativa.
Por otro lado la reacción cuando se presenta un episodio de ansiedad es totalmente opuesta, es decir, lo que nos hace la ansiedad es actuar para evitar el fracaso. Activarnos para mejorar nuestros resultados y poder llegar hasta la meta que nos habíamos establecido es lo que hacemos, por lo que en este caso padecer ansiedad será totalmente productivo y nos guiará hacia el éxito en la actividad que estamos llevando a cabo.
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