La obesidad es un problema que afecta cada vez más a toda la sociedad siendo una de las plagas del siglo XXI. Por ello existen diferentes estudios que colocan el estilo de vida como el causante de este mal. La alimentación, y sobre todo la ingesta desmesurada de azúcares tiene un papel importante. Nosotros nos vamos a detener en este punto para ver la repercusión de este uso abusivo.
Es cierto que en la obesidad existen diversos culpables. Por supuesto que la alimentación tiene un papel importante, pero también la realización de ejercicio o los hábitos de cada persona tienen mucho que ver. Cada vez nos movemos menos y dedicamos menos tiempo a cuidarnos, pero un factor detonante son los alimentos y su composición. Sobre todo un ingrediente, el azúcar que casi siempre pasa desapercibido.
Funciones del azúcar
Cuando hablamos de azúcar nos viene a la mente un dulce, un postre, bollería, repostería… Nada más lejos de la realidad, y es que son muchos los alimentos que contienen azúcar. El azúcar es una fuente natural de energía, pero hay que saber diferenciar entre el que contienen los alimentos y el que se les añade en su elaboración, ya que nada tienen que ver entre sí.
El azúcar contenido por los alimentos es el que se conoce como hidratos de carbono que pueden ser de absorción lente o rápida, y son los que utiliza nuestro organismo para realizar las diferentes actividades cotidianas y tener energía. Pero en la gran mayoría de los casos a los alimentos elaborados se les añaden azúcares refinados que lo único que hacen es añadir calorías y empeorar así nuestra alimentación.
Los azúcares añadidos
Cualquier tipo de alimento elaborado puede contener azúcares añadidos que no tiene el alimento de manera natural. Esto se hace para dotar a ese alimento de sabor y hacerlo más atractivo al paladar, ya que el azúcar estimula nuestro cerebro, dándonos una sensación de bienestar que puede ser adictiva y crear en nosotros una dependencia que nos hará consumir siempre alimentos ricos en azúcares.
Para evitar que esto sea así y conseguir una dieta baja en azúcares añadidos, debemos ser conscientes de lo que consumimos. El etiquetado es esencial. Fijarnos en los componentes de cada alimento y decantarnos por aquellos sin azúcares añadidos es lo mejor si lo que queremos es mantener una alimentación sana y natural. Desde luego que elaborar nosotros nuestros propios alimentos y alejarnos de los industriales nos ayudará a controlar las cantidades de azúcares añadidos en la dieta y el riesgo que representan.
Imagen | Uwe Hermann
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