Como ya sabemos todos, los estiramientos son fundamentales si queremos conseguir unos músculos en perfectas condiciones y si nos interesa acelerar el proceso de recuperación de los mismos. Es cierto que cada vez son más los que deciden estirar antes y después de los entrenamientos, pero a pesar de ello hay muchos músculos que no tenemos en cuenta o que no estiramos a causa del desconocimiento de ejercicios adecuados para conseguirlo. Por este motivo vamos a detenernos en un músculo, el piramidal, y la mejor manera de estirarlo.
El piramidal es un músculo que se encuentra en el glúteo. Todos lo tenemos y se localiza exactamente en la parte inferior del glúteo. Este músculo interviene en el movimiento de las piernas, por lo que se ve muy afectado con los movimientos de desplazamiento en los que se usan las piernas, como son caminar, correr… Este músculo aguanta mucha tensión a lo largo del ejercicio y por ello es necesario que lo estiremos para mantenerlo en plena forma.
Para estirar este músculo simplemente nos valdremos de nuestro propio cuerpo y una pequeña esterilla sobre la que apoyarnos para estirar. La manera de colocarnos será muy sencilla y ante todo debemos permanecer relajados, concentrando en la parte del glúteo que es la que queremos estirar. Ante todo debemos sentarnos mirando al frente con las piernas totalmente estiradas y en posición relajada. La espalda debe permanecer recta en todo momento. Es importante que sepamos que la parte que vamos a estirar son las piernas, por lo que el resto del cuerpo apenas debe padecer la tensión del ejercicio.
Para estirar el piramidal lo que debemos hacer es mantener por ejemplo la pierna derecha estirada, y la izquierda llevarla hacia el pecho doblada por la rodilla. El pie de la pierna que doblamos lo debemos colocar en el lado externo del muslo de la que permanece estirada. En esta postura, e intentando siempre tocar el pecho con la rodilla, debemos estirar de esta hacia afuera, de modo que toda la parte del glúteo permanezca estirada. Mientras estamos estirando debemos mantener la vista al frente y la espalda recta, para incidir así en la parte que queremos tocar. Es importante que realicemos esto con cada una de las piernas para mantener cada lado estirado durante una serie de segundos que serán los que aguantaremos el movimiento.
Imagen | nela.conde
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