Gastroenteritis: qué es, por qué aparece y cómo se trata

Gastroenteritis: qué es, por qué aparece y cómo se trata
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Santiago Campillo

Colaborador

Licenciado en Biología, divulgador científico y autodidacta a tiempo parcial. Gentilhombre del S. XXI. La Comunicación Científica es mi pasión y también mi profesión cuando se deja. Inquieto por naturaleza, cómodo por vicio y creativo por enfermedad.

Se calcula que en el mundo se producen entre tres y cinco mil millones de casos de gastroenteritis al año. La gastroenteritis es una de las afecciones más comunes del tracto de digestivo a nivel global.

A diferencia de otras enfermedades del sistema digestivo, esta no tiene por qué tener consecuencias graves, aunque sí que puede resultar terriblemente molesta. En el peor de los casos, la gastroenteritis podría estar ocultando un problema más grave. Hoy hablamos de esta afección.

¿Qué es y cómo se manifiesta la gastroenteritis?

Su nombre indica lo que es: el sufijo "-itis" indica inflamación, mientras que "gastro-" hace referencia al estómago, y "-enter-, que se refiere al intestino delgado. Por tanto, se conoce como gastroenteritis a una enfermedad caracterizada por la inflamación del tracto gastrointestinal, el cual está compuesto por el estómago y el intestino delgado. ​

Los síntomas principales de esta afección son la diarrea, los vómito, el dolor abdominal y los calambres estomacales. También pueden cursar con náuseas, mareo, fiebre y otros síntomas generales de malestar. La gastroenteritis puede ser una enfermedad o solo un síntoma de un problema mayor.

Los calambres y el malestar suelen empezar a manifestarse de 12 a 72 horas después de contraer el agente infeccioso. Si el causante es un virus, este suele desaparecer en una semana. Los niños, sin embargo, pueden deshacerse más rápido de la infección, y acabar con ella con solo tres u ocho días.

Por ejemplo, en el cólera, la disentería y otras afecciones similares se da la gastroenteritis, la cual puede ser severa. En el peor de los casos puede llegar a ser letal debido a la deshidratación que provoca.

En el conocido como mundo desarrollado, los casos de gastroenteritis se tratan con mantenimiento, esperando a que pase la infección. Además de las gastroenteritis agudas infecciosas, existen otras cuya naturaleza es más compleja y que pueden derivar de otras enfermedades como las intolerancias y alergias.

¿Qué causa la gastroenteritis?

Si nos centramos en las gastroenteritis agudas, causadas por virus y bacterias, veremos que estas suponen el origen la gran mayoría de veces. Entre los virus encontramos a los rotavirus, sobre todo en niños, norovirus, adenovirus y astrovirus. Los virus son muy contagiosos, mutan fácilmente y provocan infecciones agudas más o menos constantes. Por suerte, se eliminan sin más consecuencias en una semana, aproximadamente.

En el caso bacteriano, en el mundo desarrollado es muy raro que se produzca una gastroenteritis por bacterias que no sean Campylobacter, Shigella, Salmonella o Escherichia coli. Muchas de estas bacterias, especialmente Campylobacter, están presentes en las carnes de aves y en alimentos que no han llevado un buen método de seguridad alimentaria.

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En los casos de intoxicaciones alimentarias, la consecuencia más frecuente es la gastroenteritis. En otros países, sobre todo donde existen menos medios, esta tiene su origen en otros organismos patógenos, otras bacterias y parásitos. Los parásitos suelen ser de origen protozoo, como Giardia lamblia, Entamoeba histolytica o Cryptosporidium.

Como decíamos al principio, los virus y bacterias son los principales agentes infecciosos en la gastroenteritis, pero no son las únicas causas. Enfermedades como la de Crohn, la intolerancia a la lactosa o la celiaquía, son causantes de gastroenteritis, también. En definitiva, existen muchísimos factores desencadenantes de este problema.

¿Cómo se contagia?

En el caso de la gastroenteritis infecciosa, causada por virus y bacterias, las formas de contagio son siempre por contacto directo. Este puede ocurrir por contaminación o por consumo de alimentos y agua en mal estado. Esto se debe, esencialmente, a la falta de higiene.

Los virus no aguantan demasiado tiempo en condiciones secas y a temperatura ambiente. Tampoco resisten bien a las medidas de higiene. Si una persona está infectada, puede convertirse en un vector de transmisión. Algunos adultos, incluso, pueden ser vectores asintomáticos, es decir, que no presentan signos de la enfermedad aunque puedan transmitirla.

En el caso bacteriano, normalmente se produce el contagio por alimentos con presencia de microorganismos: concinarlos mal, una higiene y medidas de seguridad alimentaria insuficientes suelen estar detrás de la infección. También puede ocurrir una contaminación cruzada. En todos estos casos, unas medidas adecuadas y una cocción suficiente, a más de 65ºC durante un minuto, suele bastar para evitar la gastroenteritis.

En el caso de países en desarrollo, el agua contaminada con bacterias suele ser uno de los medios de contagio más extendido y peligroso. El peligro principal con este tipo de contagios es que afecta, especialmente, a los más pequeños. En 2008 se censaron un 1,3 millones de muertes de niños debido a la gastroenteritis, prácticamente todas en países en desarrollo.

¿Qué se hace para tratarla?

A no ser que el origen de la gastroenteritis sea bacteriano o parasitario, no existe más tratamiento que el de mantenimiento: rehidratación y antiespasmódicos para evitar el dolor abdominal. También se utiliza una dieta especial (lo que se suele llamar dieta blanda) destinada a facilitar la digestión.

En los casos más graves, y en niños, se emplean antieméticos, que reducen el vómito. Solo cuando la infección es producida por un parásito o bacteria se procede a usar antibióticos para mitigar la infección. Sin embargo, estos no se escogen de manera común ya que, en primer lugar, no son tan efectivos y, además, pueden empeorar los síntomas.

En conclusión, ante una gastroenteritis normal, lo único que podemos hacer es dieta blanda, rehidratación y, en todo caso, aprovechar los antiespasmódicos. Algunas infusiones pueden ayudar a reducir los calambres estomacales y las nauseas. Eso y tiempo. Al fin y al cabo, dicen que el tiempo lo cura todo. La gastroenteritis, al menos, sí.

Imágenes | Unsplash

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