Durante los meses más cálidos del año es normal que por las noches suframos de sudores. Al fin y al cabo, el sudor es solamente un mecanismo de nuestro cuerpo que nos ayuda a regular nuestra temperatura corporal: en el momento en el que nos encontramos con temperaturas más altas, las glándulas sudoríparas secretan líquido (agua con algunas sales minerales) para ayudar a la refrigeración.
La sudoración es un medio para la regulación térmica y puede estar relacionado con temperaturas ambientales altas, con la realización de ejercicio físico o como una respuesta del cuerpo al comer alimentos picantes (todo esto aumenta nuestra temperatura corporal). Por otro lado, también puede relacionarse con un exceso de peso o con episodios de estrés o ansiedad.
Cuando la sudoración es excesiva sí puede estar relacionada con alguna patología o con desarreglos hormonales. En el caso de tratarse de un exceso de sudor por un fallo de nuestro sistema nervioso (un sobreestímulo del sistema simpático) estaremos hablando de hiperhidrosis, y se trata de un trastorno crónico.
¿Cómo podemos prevenir la sudoración nocturna?
En la mayoría de los casos, cuando la temperatura ambiental es alta, levantarse con algo de sudor en la almohada o en las sábanas es algo normal, aunque incómodo. Algunos de los consejos que podemos seguir para evitar esta sudoración nocturna son:
- Evitar las cenas copiosas y los alimentos picantes: aquí tienes 23 recetas de cenas ligeras que puedes disfrutar antes de dormir. También es buena idea que adelantemos la hora de la cena para que demos así tiempo a nuestro cuerpo para hacer la digestión.
- Mantenernos bien hidratados durante todo el día: no solo a base de agua, sino que también podemos aportar agua a nuestro organismo a través de frutas y verduras. Aquí te dejamos una lista con 29 recetas ricas en agua que puedes aprovechar.
- Ventilar la habitación donde vamos a dormir de forma adecuada y usar ropa de cama ligera.
- Darnos una ducha templada antes de acostarnos: a pesar de que lo que pudiera parecer "más lógico" para combatir el calor y el sudor sería ducharnos con agua fría, lo cierto es que algunos estudios nos dicen que las duchas templadas son más adecuadas.
En el caso de tratarse de hiperhidrosis, lo más importante es que acudamos a nuestro médico para que nos pueda dar consejo profesional. Es posible que la hiperhidrosis esté relacionada con cambios hormonales (especialmente durante la menopausia), con otras patologías como la diabetes o con los efectos secundarios de algún fármaco que estemos tomando.
A la hora de tratar la sudoración excesiva, lo mejor es seguir siempre los consejos de nuestro médico. Entre los diferentes tratamientos que se usan en la actualidad podemos encontrar la aplicación de antitranspirantes con solución de cloruro de aluminio (se usan por la noche y bloquean la sudoración, sobre todo en las axilas) o el tratamiento con toxina botulínica (solo aplicable en las axilas).
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